Cuba atravesó en julio su etapa más severa de represión en lo que va de 2025, con un saldo de al menos 357 violaciones a los derechos fundamentales cometidas por el régimen castrista, que recrudeció su ofensiva contra ciudadanos, opositores y familiares de presos políticos.
De acuerdo con el informe publicado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), 68 de los casos correspondieron a detenciones arbitrarias, mientras que los otros 289 episodios incluyeron hostigamientos, amenazas, citaciones policiales y operativos de vigilancia sobre los domicilios de activistas.
La represión se hizo sentir especialmente en La Habana, Matanzas, Villa Clara y Granma, las provincias más golpeadas por estas prácticas delictivas orquestadas por la dictadura.
Asimismo, el OCDH indicó que el régimen ejecutó una ofensiva más agresiva durante los primeros días del mes, con el propósito de impedir que líderes opositores y allegados de presos políticos asistieran a una celebración del 4 de julio en la residencia del jefe de la diplomacia estadounidense en La Habana.
Posteriormente, intensificó el cerco para neutralizar cualquier manifestación relacionada con el cuarto aniversario del estallido social del 11 de julio de 2021.
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Dicho esto, julio marcó un repunte represivo sin precedentes en el año en curso en Cuba, y las cifras proporcionadas por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos evidencian que el aparato represivo del régimen continúa operando con total impunidad, utilizando múltiples formas de abuso para sofocar cualquier intento de expresión que escape a su control.
Para nadie es un secreto que, en la isla, los inocentes terminan sufriendo la violencia de los esbirros del castrismo, mientras que los verdaderos delincuentes siguen sembrando el caos y el terror en la población, matando, violando y robando, sin ser perseguidos por absolutamente nadie.
Redacción de Cubanos por el Mundo