La vida de la exatleta cubana Marisleisys Duarthe Morell dio un giro dramático: de promesa mundial en el atletismo juvenil, hoy enfrenta el abandono total del régimen.
A sus 24 años, lucha contra una enfermedad degenerativa sin acceso a medicamentos esenciales, atrapada en la misma precariedad que muchos otros deportistas olvidados por la dictadura.
La denuncia pública sobre su situación fue hecha por el activista Samuel Fabbri, quien expuso en redes sociales el deterioro físico de Marisleisys y la falta absoluta de apoyo institucional.
Según sus palabras, la exatleta cubana padece esclerodermia sistémica desde los 18 años, un diagnóstico que marcó el fin de su carrera y el comienzo de una pesadilla que sigue sin solución.
Es importante resaltar que el nombre de Marisleisys resonó en 2017 cuando, con apenas 16 años, conquistó la medalla de oro en el Mundial Juvenil de Atletismo en Nairobi, Kenia, tras un imponente lanzamiento de jabalina de 62.92 metros.
Ese mismo año, en La Habana, alcanzó los 65.44 metros, una marca sobresaliente aunque no homologada.
Su desempeño colocó a Cuba en la cima del podio, pero pocos años después, quedó completamente al margen del sistema, sin atención médica, ni siquiera básica.
Ahora, lo que necesita no son medallas, sino antibióticos, vendas, alimentos y recursos económicos que no puede costear. Fabbri detalló que el sistema de salud cubano no ha proporcionado los insumos necesarios y que su entorno vive una “eterna dificultad” para conseguir siquiera lo más elemental.
La falta de tratamiento adecuado ha debilitado su piel, músculos y órganos, con dolores intensos que la mantienen casi inmovilizada.
Con el tiempo en contra y su salud en deterioro progresivo, el activista compartió su número de contacto para canalizar donaciones y ayuda directa: +53 55386090, también disponible por WhatsApp.
“Vamos a hacerle sentir el amor, el cariño y la presencia a esta buenísima muchacha que se merece nuestro total apoyo”, escribió.
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El caso de esta exatleta cubana evidencia, una vez más, el patrón de abandono que enfrentan muchas figuras deportivas en la isla una vez que dejan de ser útiles para los intereses del régimen.
Marisleisys no es una excepción, sino parte de un doloroso patrón. Su lucha no es por un podio, sino por sobrevivir.
Redacción de Cubanos por el Mundo