La tormenta tropical Erin continúa desplazándose hacia el oeste sobre el Atlántico abierto, con probabilidades de fortalecerse y convertirse en huracán.
Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC), se espera alcance la categoría de huracán el miércoles por la noche.
Erin se formó a cientos de millas al oeste del archipiélago de Cabo Verde y representa la quinta tormenta con nombre de la temporada atlántica 2025.
El sistema avanza por la llamada “región de desarrollo principal”, un área del océano que se extiende desde la costa occidental de África hasta el Caribe y que es fundamental para la formación de tormentas tropicales debido a las temperaturas cálidas de sus aguas.
El pronóstico indica que Erin demorará varios días en llegar al Atlántico occidental. Aunque aún es prematuro determinar su impacto exacto en el Caribe (incluyendo Cuba), las Bermudas o Estados Unidos, los especialistas advierten que ciertas zonas deben comenzar a monitorear la evolución de este fenómeno.
Los modelos meteorológicos actuales sugieren que la trayectoria del ciclón pasará al norte de las Islas de Sotavento, Puerto Rico y las Islas Vírgenes, aunque esta ruta podría modificarse conforme avance la semana.
La fuerza y posición del anticiclón de Bermudas, un sistema de alta presión que influye en el movimiento de las tormentas en la región, serán determinantes para la trayectoria final. Además, el sistema tendrá a su disposición aguas superficiales más cálidas de lo habitual en el Atlántico occidental, lo que podría favorecer un rápido aumento de su intensidad.
Pese a que no se alcanzan los niveles récord de temperatura oceánica vistos en 2023 y 2024, las condiciones siguen siendo suficientemente cálidas para permitir un posible fortalecimiento hasta un huracán mayor, de categoría 3 o superior, según el NHC.
Hasta ahora, en la temporada 2025 se han registrado cuatro tormentas nombradas: Andrea, Barry, Chantal y Dexter, aunque ninguna ha alcanzado la fuerza de huracán.
El año pasado ya se habían desarrollado dos huracanes para esta misma época, Beryl y Debby, y se esperaba el surgimiento de otro, Ernesto.
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El Centro Nacional de Huracanes también ha señalado la presencia de dos áreas adicionales en el Atlántico con posibilidades bajas de desarrollo tropical, lo que indica un ambiente propicio para la formación de tormentas.
En resumen, aunque aún es incierto el impacto exacto de Erin en tierra firme, la vigilancia se mantiene activa por la potencial evolución de esta tormenta hacia un huracán que podría afectar distintas regiones en las próximas jornadas.
Redacción de Cubanos por el Mundo