El gobernador de Florida, Ron DeSantis, encendió las redes sociales al publicar una encuesta en su cuenta de X que reavivó una histórica rivalidad culinaria entre Tampa y Miami: ¿debe el sándwich cubano llevar salami?.
Lo que parecía un comentario casual sobre un platillo emblemático se convirtió en un debate viral que expuso las profundas diferencias culturales entre estas dos ciudades floridanas, desatando una ola de reacciones en la comunidad cubana.
“Comí un sándwich cubano en Tampa, donde le ponen salami. Los restaurantes de Miami no incluyen salami en sus sándwiches cubanos. ¿Debe llevar salami un sándwich cubano?”, escribió DeSantis en su publicación en X.
En ese sentido, el gobernador acompañó el mensaje con una encuesta de dos opciones: “Sí, Tampa lo hace bien” y “No, Miami lidera”.
Los resultados, según el propio DeSantis, mostraron que el 65,8% de los más de 19 mil votantes prefirieron la versión de Miami, sin salami, mientras que el 34,2% apoyó la receta de Tampa.
El sándwich cubano, un ícono gastronómico de Florida, tiene raíces en la inmigración cubana del siglo XIX, pero su preparación varía entre regiones. En Tampa, particularmente en el histórico barrio de Ybor City, la receta incluye salami de Génova, reflejo de la influencia italiana en la zona, además de cerdo asado, jamón, queso suizo, pepinillos y mostaza, todo servido en un pan crujiente.
En cambio, en Miami, la versión es más originaria: sin salami, con un pan más suave y delgado, siempre prensado en plancha para lograr una textura crujiente. Esta diferencia, que podría parecer menor, es un punto de orgullo para ambas ciudades, cada una reclamando la autenticidad de su receta.
La encuesta de DeSantis desató una avalancha de comentarios en X. Usuarios de Tampa defendieron con fervor el salami, argumentando que su inclusión es un sello distintivo de la fusión cultural de Ybor City. “El salami le da ese toque especial que Miami no entiende”, escribió un usuario.
Por su parte, los miamenses replicaron insistiendo en que el salami es un “sacrilegio” que desvirtúa la receta original. Un comentario destacado en X señalaba: “Si mi abuela viera salami en un sándwich cubano, diría que eso no es cubano”.
El debate también resalta la identidad cultural de ambas ciudades. Tampa, con su herencia cubano-italiana-española, ve el sándwich como un símbolo de unificación, mientras que Miami, especialmente en La Pequeña Habana, lo considera una expresión de la tradición cubana pura, influenciada por la diáspora posterior a 1959 tras la llegada de la fallida revolución castrista.
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Redacción Cubanos por el Mundo