La comunidad de Las Cañas, en el municipio de Boyeros, La Habana, se encuentra conmocionada tras el desenlace fatal de un caso de violencia de género que culminó con la muerte de Bárbara Elena Tejería Magdaleno, de 56 años.
El caso también trajo consigo el posterior suicidio de su pareja, un hombre de más de 60 años identificado como Radame.
Según reportó 14ymedio, el cuerpo de la víctima fue hallado en un terreno baldío, mientras que el de su agresor se encontró poco después en una zona de matorrales, un hecho que apunta a un femicidio seguido por el suicidio del perpetrador.
Los familiares de Bárbara Elena señalaron que ella había manifestado su intención de terminar una relación de más de un año, describiendo sentirse acosada y temerosa por su seguridad. La decisión de ir a la casa de su pareja para recoger sus pertenencias se convirtió en su última acción conocida.
La angustia de la familia se intensificó ante la respuesta institucional. Al intentar denunciar su desaparición, se les informó que debían esperar un plazo reglamentario de 72 horas.
Fueron tres días de incertidumbre para sus tres hijos, dos jóvenes de 25 y 19 años y un adolescente de 15, que terminaron con la trágica noticia del hallazgo del cuerpo de su madre el 11 de agosto, en avanzado estado de descomposición y con evidentes signos de violencia.
Poco después, se descubrió el cuerpo de Radame, quien presuntamente se ahorcó tras cometer el crimen.
La noticia se extendió rápidamente por Calabazar. El dolor y la indignación se hicieron eco en las redes sociales, donde amigos y conocidos expresaron su pesar.
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Madelín Rico, una persona cercana a la víctima, escribió: “Mientras yo viva voy a estar para tus hijitos y nietos, que también son mis nietos. Te quitaron la vida, pero no tus recuerdos y siempre te voy a recordar como la madre de familia, luchadora, que nada te detenía”.
Este caso se suma a las alarmantes cifras de violencia machista no solo en La Habana, sino en toda Cuba, donde ya se contabilizan casi 30 hechos similares en lo que va de año.
Cabe destacar que la mayoría de estas mujeres denunciaron con anterioridad el peligro que corrían, sin embargo, fueron ignoradas por las autoridades del régimen castrista hasta que se consumaron las tragedias.
Redacción de Cubanos por el Mundo