Alex Otaola volvió a poner rostro y voz al drama del hambre en Cuba. Esta vez, el protagonista fue Orlando Regueiro Castellano.
Se trata de un anciano de 82 años, residente en el municipio Baraguá, en la provincia Ciego de Ávila.
El abuelo confesó, casi entre lágrimas, que lleva días sin comer y cuando pide un pedacito de pan por las calles, nadie le corresponde.
Unas veces porque las personas le cuestionan ¡qué van a comer ellos!, y otras porque, al decir de Orlando, aseguran que ya engulleron el que tenían.
“Llevo unos días que no puedo comer”, dijo el anciano a las autoridades. La respuesta que recibió fue brutal: “Se lo dije a una policía y dijo: no, nosotros no podemos hacer nada”.
“Yo le voy a dar algo ahí para que coma, aunque sea 50 pesos. No tengo más nada”, le respondió la persona que grabó el video.
La indiferencia estatal contrasta con la súplica de un hombre que sobrevive en condiciones infrahumanas, una escena que se reitera en Cuba.
Cuando le preguntaron al octogenario de qué vivía, respondió con crudeza: “Del aire”.
Hoy la realidad obliga a gritar pan para Orlando y para los miles de cubanos que pasan hambre, historias que vemos a diario en el show Hola! Ota-Ola, que transmitimos desde Cubanos por el Mundo.
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Alex Otaola, al visibilizar esta conmovedora historia, no pudo contener la indignación:
“Mientras el pueblo se comporta de esta manera, cual ganado, ciego, sordo, mudo, los que no tienen fuerzas de ir al carnaval andan mendigando algo que comer”.
Otaola cerró su reflexión con una pregunta incómoda: “¿Está este pueblo interesado en ser libre? ¿O esto es un espejismo que está vendiendo la dictadura para fingir que el pueblo cubano no le interesa nada que tenga que ver con libertad?”.
El caso de Orlando no es una excepción, es símbolo de un país que se desangra. Cuba no necesita carnavales, ni consignas, ni discursos, Cuba necesita pan, ¡y libertad!
Redacción Cubanos por el Mundo