El líder opositor y preso político cubano, José Daniel Ferrer, enfrenta una detención indefinida en la prisión de Mar Verde, en Santiago de Cuba, a pesar de extinguir legalmente su condena de cuatro años el pasado 4 de agosto.
Su permanencia en la cárcel, ahora sin sustento legal, es calificada por sus allegados como un secuestro de Estado, agravado por denuncias de tortura y un deterioro crítico de su salud ante la negativa de recibir alimentos y atención médica adecuada.
La información proviene de su hermana, Ana Belkis Ferrer, quien en declaraciones para Martí Noticias confirmó la gravísima situación. “Mi hermano cumplió la injusta, arbitraria y cruel condena que le impusieron. Es decir, hace ya un mes que permanece doblemente secuestrado, primero porque no cometió delito alguno y, segundo, porque ya cumplió”, sentenció.
De hecho, la tensión alcanzó un nuevo pico durante la visita familiar mensual, que un funcionario identificado como Julio Fonseca limitó de manera arbitraria a una sola hora, contraviniendo las dos horas que establece el reglamento.
Como medida de protesta, José Daniel Ferrer se negó a participar en el encuentro restringido, por lo que su esposa y dos de sus hijos apenas lograron verlo unos breves minutos.
En consecuencia, Ferrer también rechazó los alimentos y enseres que su familia le suministra mensualmente. Esta decisión eleva al máximo la preocupación por su vida, puesto que, según explicó su hermana, su supervivencia depende casi por completo de esa ayuda externa.
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Asimismo, la UNPACU lanzó una alerta en la que responsabiliza directamente al régimen cubano por la integridad física y mental de su líder. La organización detalla que Ferrer es víctima de torturas físicas y psicológicas constantes, una situación que se agudiza día con día.
Pese a todo lo que sufre, José Daniel Ferrer se ha negado en múltiples ocasiones ha agachar su cabeza ante la dictadura, asegurando incluso que está dispuesto a morir.
Redacción de Cubanos por el Mundo
