Un tribunal en el municipio de Morón, Ciego de Ávila, impuso una sentencia de ocho años de privación de libertad a un joven de apenas 18 años, detenido con 206 dosis de cannabinoide sintético, popularmente conocido como “químico”, una de las drogas que más afecta a la población.
Este fallo se produce en un momento crítico para la isla, donde la dictadura castrista pregona una política de “tolerancia cero” contra los estupefacientes, pero a su vez enfrenta una visible expansión del narcotráfico que ya afecta a toda la sociedad, desde adultos hasta jóvenes.
La información, difundida por la prensa oficialista, se presenta como un acto de justicia “ejemplarizante y aleccionador”. No obstante, para sectores críticos del régimen, estos juicios y sanciones de alto perfil mediático únicamente confirman el fracaso de la dictadura en controlar un problema que crece sin parar y que evidencia una profunda descomposición social.
El proceso judicial contó con una puesta en escena cuidadosamente orquestada, al realizarse en presencia de familiares y miembros de organizaciones oficialistas, tales como las federaciones estudiantiles, los Comités de Defensa de la Revolución y la Federación de Mujeres Cubanas. También asistieron representantes de los sectores de la Salud y la Educación.
Dicha selecta audiencia subraya el interés del régimen por utilizar el caso como una herramienta de intimidación y control social, en lugar de abordar las causas estructurales del auge en el consumo y venta de drogas en la isla.
A pesar de la juventud del acusado, a quien el medio oficialista describió como “prácticamente un adolescente”, la sala sentenciadora determinó la sanción de ocho años.
OTRAS NOTICIAS: Arrestan a dos presuntos traficantes de drogas en Granma
Para ello, las autoridades judiciales consideraron la “alta lesividad del hecho delictivo” y aplicaron una regla de adecuación contemplada en el Artículo 18.1.3 del Código Penal, que tiene en cuenta la edad del imputado en el momento de los hechos.
Si bien es cierto que este tipo de delincuentes debería pagar con la cárcel, la tiranía castrista sigue utilizando estas situaciones como simple propaganda, sin atacar las raíces de un problema que ya se extiende por todo el territorio nacional.
Redacción de Cubanos por el Mundo