Autoridades del régimen en Santiago de Cuba anunciaron la desarticulación de una red delictiva que se dedicaba a la sustracción de motocicletas, una operación que culminó con la detención de varios individuos y la incautación de vehículos y componentes.
La información sobre este operativo fue difundida, como es habitual, a través de los canales de propaganda del régimen castrista en plataformas digitales, buscando magnificar el resultado para desviar la atención de la crisis.

Sin embargo, este suceso se enmarca en un contexto de inseguridad galopante que el propio sistema ha generado. La creciente ola de criminalidad que azota a Santiago de Cuba y al resto de la isla, con robos a plena luz del día y asaltos violentos, no hace más que confirmar la impunidad con la que operan los antisociales.
En esta oportunidad, se conoció que el modus operandi del grupo consistía en identificar motocicletas con escasa seguridad o estacionadas en lugares vulnerables para apoderarse de ellas.
Posteriormente, los delincuentes trasladaban los vehículos a talleres clandestinos donde procedían a su desmantelamiento inmediato. El objetivo era comercializar las partes y piezas en el mercado negro, dificultando así el rastreo y la recuperación de las unidades completas.
Fue precisamente la acumulación de denuncias por parte de los ciudadanos afectados lo que impulsó el inicio de una investigación. Las pesquisas condujeron a agentes del Ministerio del Interior a efectuar diversos allanamientos en los domicilios de los sospechosos, lugares que funcionaban como centros de acopio y despiece del material robado.
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Finalmente, se informó que las personas afectadas por los robos fueron convocadas para el proceso de reconocimiento tanto de las motocicletas recuperadas como de los componentes hallados durante los registros.
Dicho esto, el régimen sigue aprovechando estos casos puntuales para su maquinaria propagandística, pretendiendo hacer creer que combaten la delincuencia, cuando la realidad es que, mientras los antisociales circulan a sus anchas por las calles del país, miles de cubanos inocentes sufren en las cárceles por el simple hecho de pensar diferente.
Redacción de Cubanos por el Mundo