El próximo 24 de septiembre, a las 9:00 de la mañana, se llevará a cabo el falso juicio contra el periodista y preso político José Gabriel Barrenechea, quien enfrentará una acusación por desórdenes públicos.
Es importante recordar que el comunicador permanece en detención desde su arresto por participar en una manifestación ciudadana en noviembre de 2024.
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El origen de este proceso judicial se remonta a las protestas que estallaron en el municipio de Encrucijada, después de que la población soportara 48 horas consecutivas sin servicio eléctrico.
La confirmación sobre la fecha y hora de esta patraña judicial fue reportada por el diario 14ymedio, del cual el mismo Barrenechea funge como colaborador.

El citado medio añade que la Fiscalía Provincial de Villa Clara presentó el pasado 25 de junio su petición de condena, solicitando una pena de seis años de privación de libertad para el periodista.
En dicho documento, argumenta que la conducta del comunicador durante la protesta consistió en corear la consigna “pongan la corriente, queremos la corriente”.
Además, el escrito fiscal añade valoraciones subjetivas sobre Barrenechea, señalando que “muestra total desafecto por el proceso revolucionario y su máximo dirigente” y que, a pesar de no tener antecedentes penales, “se relaciona con personas de mala moralidad y conducta social, y no posee vínculo laboral reconocido”.
Desde el entorno del preso político, se interpreta este proceso como una represalia directa por su labor periodística. De hecho, los esfuerzos legales por obtener su liberación antes del juicio han sido infructuosos; el Tribunal Provincial de Villa Clara denegó previamente un recurso de habeas corpus presentado por su defensa, bajo el argumento de que el tiempo de reclusión preventiva “se encontraba dentro de los parámetros legales”, manteniéndolo injustamente tras las rejas.
Durante los diez meses que lleva encarcelado, Barrenechea también sufrió la irreparable pérdida de su madre, Zoila Esther Chávez, quien padecía un cáncer de vejiga metastásico y dependía de sus cuidados.
Las autoridades solo le concedieron un permiso de una hora y media para asistir a su funeral. Previo a su fallecimiento, la mujer grabó un conmovedor video donde suplicaba por un último encuentro con su hijo: “¿Qué ha hecho para que me lo tengan encerrado, para que nos tengan, a él y a mí, en este calvario, en este terror que llevo dentro de mi corazón? ¿Hasta cuándo van a tener a una madre sufriendo así?”.
Actualmente, el comunicador se encuentra en el centro penitenciario La Pendiente, en Santa Clara, un lugar que es conocido por sus pésimas condiciones, entre ellas el hacinamiento extremo y el riesgo que eso podría conllevar para la salud.
Dicho esto, ya solo quiere esperar para saber cuál será el destino de este preso político. Lamentablemente, se vislumbra otro caso de cruda injusticia orquestada por la cruel dictadura castrista contra quienes se atreven a clamar justicia en el país.
Redacción de Cubanos por el Mundo