El cubano Carlos Manuel Álvarez, becario actual en Florida International University (FIU), publicó un texto lleno de imprecisiones para el diario El País, sobre el asesinato político del joven republicano Charlie Kirk por parte del activista izquierdista Tyler Robinson.
En su habitual lenguaje farragoso, Álvarez calificó a Kirk, conocido por celebrar debates abiertos y públicos con personas que no coincidían con sus posturas políticas, como un “agitador reaccionario”.
Dándoselas de teólogo, achacó el asesinato político como nada más “que el hombre blanco matándose a sí mismo, envuelto en el torbellino espiritual de las deformaciones calvinistas estadounidenses”, prefiriendo evadir el rol de la ideología izquierdista, de género y woke en la radicalización de Robinson, algo que reportó The Washington Post, diario para el que Álvarez ha escrito.
El asesino, según autoridades, se radicalizó en los últimos años, alejado de su familia conservadora y después de comenzar a asistir a un colegio en Utah. Es evidente que cayó en las redes de la ideología de género como la cultura furry (personas que dicen sentirse animales), al punto de convivir con una pareja transgénero.
CONTENIDO RELACIONADO: Otaola pide “mano dura y consecuencias” tras asesinato Charlie Kirk (+VIDEO)
Además, como pudo verse en varios casquillos de balas preparadas para el asesinato de Kirk, Robinson seguía políticas de izquierda. “Hola Facista! Atrápa esto!”, decía uno, y otro hacía referencia a la canción enarbolada por la organización terrorista de izquierda Antifa, “Bella Chao”.
Álvarez subrayó, además, que el liberalismo desconecta “la relación entre el lenguaje público violento y el crimen político” pero, dijo, “es muy probable que, a la larga, el crimen político no pueda evitarse en una nación que ha tenido que aceptar las justificaciones históricas del supremacismo como un mal inevitable para garantizar su funcionamiento y constitución”.
En el artículo, Álvarez afirmó que “la xenofobia más prepotente, el racismo extendido y el blanqueamiento del genocidio palestino”, eran “características principales del discurso de Kirk”, y que Kirk “murió a manos de la Segunda enmienda [derecho a portar armas para autodefensa] que tanto defendió, solo reviste cierta ironía para las conciencias descreídas”.
Torciendo los hechos hasta el extremo y achacando el discurso de Kirk a una desencajada narrativa de la Guerra de Secesión, Álvarez expresó que la muerte del republicano por sus ideales es “el emblema de una necesaria guerra civil, latente siempre en las rincones de un alma confederada que ha forjado su identidad posesclavista en la no aceptación de su derrota histórica y militar”.
La violencia política en Estados Unidos en las últimas décadas ha tenido en el espectro político de la izquierda su mayor promotor, como se ha visto en las reacciones a la muerte de Kirk desde la élite demócrata y su radicalizada base, a la que pertenece Álvarez.
Él mismo ha promovido desde la prensa la candidatura del socialista Zorhan Mamdani a la alcadía de Nueva York.
Desde el extranjero, Álvarez fundó la revista El Estornudo, y recibía fondos federales y de organizaciones privadas como Open Society, por escribir desde un lente izquierdista sobre Cuba.
CONTEXTO: El Estornudo: un producto castrista que glorifica al socialismo (+VIDEOS)
Recientemente una colaboradora de esa revista, la estudiante de la Universidad de Miami con residencia permanente en Estados Unidos, Mónica Baró, compartió un post en el que se burló del asesinato de Kirk con la frase “thoughts and prayers”.
El rechazo de la comunidad cubana en el exilio fue inmediato y masivo a la violencia política y a la trivialización del asesinato, aunque voces como las del fotógrafo Geandy Pavón contribuyó a la retórica divisiva izquierdista afirmando que “El Fascismo ya tiene Mártir”.
Redacción Cubanos por el Mundo