Un cubano generó un insólito altercado con las autoridades en Palma, España, luego de verse involucrado en un accidente de tránsito durante la madrugada del domingo.
El individuo, quien se encontraba en un avanzado estado de ebriedad, intentó evadir su responsabilidad con una increíble historia, asegurando ser un agente encubierto del FBI en una misión secreta.
El protagonista del suceso, cuyo examen de alcoholemia arrojó un nivel que superaba por tres el límite legal permitido, conducía un automóvil marca Opel que, tras la colisión, quedó con la puerta del conductor inutilizable, además de un interior empapado en cerveza debido a que las latas que transportaba estallaron con el impacto.
El hecho fue reportado inicialmente por el conductor del taxi afectado, quien notificó a la policía local de Palma sobre la colisión y el evidente estado de intoxicación del otro implicado.
Posteriormente, las propias autoridades presentes en el lugar confirmaron la secuencia de los acontecimientos y las sorprendentes declaraciones del infractor.
El incidente vial se originó alrededor de las 04:15 de la madrugada, cuando el vehículo del cubano omitió una señal de preferencia al salir de la calle Rei Sanç para incorporarse a la avenida 31 de diciembre. En consecuencia, fue impactado en el costado izquierdo por el taxi que circulaba a una velocidad moderada mientras se dirigía a buscar a un pasajero.
Lejos de mostrarse arrepentido, el hombre confrontó a los oficiales, sugiriendo que no debían “dedicarse a estas cosas”, sino enfocar sus esfuerzos en asuntos “más importantes”, como perseguir a “gente que roba o que no cotiza”. Además, se jactó de su situación laboral, afirmando que él “trabaja mucho y cotiza más que todos los presentes”.
La situación escaló cuando su narrativa lo llevó a presentarse como un “americano” que trabajaba “para el FBI” en calidad de “infiltrado en España”, lo que causó estupefacción entre los uniformados.
Por otro lado, su actitud beligerante también se extendió a un testigo que documentaba la escena con su teléfono móvil. El cubano lo calificó repetidamente de “vecino chismoso” e intentó fotografiarlo como represalia, una acción que fue inmediatamente recriminada por la policía.
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Finalmente, las consecuencias para el individuo incluyeron la inmovilización de su automóvil. Cuando los oficiales le informaron que una grúa se llevaría el vehículo dañado, este protestó argumentando que lo necesitaba de manera urgente, ya que, según él, debía empezar su jornada laboral a las seis de la mañana.
No obstante, ahora tendrá que soportar el peso de la ley y hacerse responsable por sus actos.
Redacción de Cubanos por el Mundo