Un gigantesco socavón sorprendió este miércoles a la capital de Tailandia al abrirse frente al Hospital Vajira, lo que provocó el desalojo inmediato de pacientes y personal médico ante el riesgo de un colapso mayor en la zona.
El hundimiento interrumpió el tránsito, dejó sin electricidad a varios inmuebles cercanos y cortó el suministro de agua potable.
El boquete alcanzó dimensiones considerables: 50 metros de profundidad y 30 metros de ancho por 30 de largo. En el hueco terminó atrapada una grúa que estaba estacionada en la entrada del centro médico, uno de los más antiguos y concurridos de Bangkok.
“Se cree inicialmente que la causa fue un movimiento de tierra y la acumulación de agua subterránea en la unión entre el túnel y el muro de la estación, lo que provocó el derrumbe de la calle”, señaló en un comunicado la Administración de Bangkok.
Mientras tanto, el gobernador, Chadchart Sittipunt, acudió personalmente al lugar y confirmó que no se registraron personas lesionadas. También indicó que tres automóviles resultaron afectados y que se decretó la suspensión del tráfico en todo el perímetro, además de ordenar la evacuación de viviendas y comercios cercanos.
De acuerdo con la televisora pública de Tailandia, la magnitud del hundimiento obligó a desalojar igualmente un edificio policial situado en las inmediaciones.
Autoridades locales insistieron en que los daños fueron contenidos, aunque el área permanecerá bajo monitoreo constante para evitar nuevas emergencias.
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Entretanto, el hospital afectado decidió suspender la atención ambulatoria durante al menos 48 horas, aunque mantendrá en funcionamiento sus áreas de urgencias y hospitalización.
Para supervisar los movimientos del suelo, se desplegaron drones y cámaras de alta precisión. Los reportes técnicos iniciales identificaron siete desplazamientos menores adicionales en los alrededores, lo que refuerza la preocupación por la inestabilidad subterránea.
Como consecuencia del siniestro, Bangkok enfrenta ahora un reto de infraestructura que podría extenderse durante semanas, mientras se investigan las causas y se diseñan medidas para evitar nuevos derrumbes.
Redacción de Cubanos por el Mundo
