Una denuncia por presunta negligencia médica se dio recientemente desde el Hospital Materno de Camagüey, donde un bebé perdió la vida el pasado 23 de septiembre.
Así lo hizo saber el periodista independiente José Luis Tan Estrada en redes sociales, visibilizando las irregularidades ocurridas durante la atención hospitalaria de las víctimas.
La madre, identificada como Leydys Marian Guerrero González, ingresó al centro de salud un día antes del trágico suceso, específicamente el 22 de septiembre, debido a un diagnóstico de líquido amniótico escaso.
Según el testimonio, a pesar de que el trabajo de parto ya había comenzado, el personal médico omitió la monitorización de los signos vitales de la madre. Además, se pospuso durante horas la inducción que estaba indicada, mientras el equipo de turno aparentemente minimizaba la gravedad de la situación.
Posteriormente, la aparición de señales de alarma, como un sangrado abundante y una frecuencia cardíaca fetal anormalmente baja, no generó una respuesta inmediata. La decisión de realizar una cesárea de emergencia se tomó solo después de un lapso considerable, pero para ese momento ya era demasiado tarde para el neonato.
La progenitora describió una profunda falta de empatía por parte de los “profesionales” de la salud, a quienes acusó de “jugar” con su vida.
De hecho, señaló que el único trato humano que recibió provino del personal de limpieza, en un duro contraste con la conducta de quienes tenían la responsabilidad médica.
La denuncia también expone las deficiencias de infraestructura de este hospital en Camagüey, pues, tras la pérdida, la madre fue trasladada a una sala en un segundo piso llena de recién nacidos, viéndose forzada a subir por las escaleras debido a un ascensor fuera de servicio.
Por todo lo anterior, el padre del pequeño fallecido, Leonel Isel Mirabal Romero, exige que se inicie una investigación formal para determinar responsabilidades.
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Mientras la familia enfrenta un duelo devastador, el caso pone nuevamente sobre la mesa el debate sobre la calidad de los servicios de salud y los protocolos de atención no solo en la provincia de Camagüey, también en toda la isla.
Al mismo tiempo que esto sucede con frecuencia en los distintos hospitales del país, el régimen sigue presumiendo de su mal llamada “potencia médica”, que no es más que otra cruel burla hacia un pueblo que no para de sufrir.
Redacción de Cubanos por el Mundo