Un agente de la Policía Nacional Revolucionaria protagonizó un violento ataque contra un hombre de 69 años en las calles de Santiago de Cuba, hecho que generó indignación entre los vecinos del área y fuertes reclamos de justicia por parte de la familia del afectado.
Así lo hizo saber en redes sociales el comunicador Yosmany Mayeta Labrada, señalando que la víctima, identificada como Omar Tejeda Centilet, se dirigía a su jornada laboral en el Aeropuerto Internacional “Antonio Maceo” cuando fue interceptada por el uniformado, presuntamente bajo los efectos del alcohol.
El hombre, que trabaja como técnico eléctrico, vestía su uniforme y llevaba consigo una mochila con sus herramientas y alimentos para el día.
El hecho fue denunciado por familiares del anciano, quienes relataron que el suceso ocurrió alrededor de las 5:00 de la mañana del 3 de octubre. De acuerdo con su testimonio, el trabajador caminaba por una zona sin alumbrado cuando un individuo le exigió detenerse sin identificarse.
Al pensar que se trataba de un intento de robo, el adulto mayor aceleró el paso, sin imaginar que quien lo seguía era un oficial armado. Durante el encuentro, el policía ordenó a un perro que atacara a Tejeda, provocándole una mordida en la pierna antes de abalanzarse sobre él.
En medio del forcejeo, el agente perdió su arma de fuego, momento en que la víctima descubrió que no enfrentaba a un delincuente común, sino a un mal llamado “representante de la ley” en aparente estado de embriaguez. Sin embargo, el uniformado continuó agrediéndolo y lo esposó mientras lo golpeaba repetidamente.
Según residentes de la zona, el agresor está identificado como “Yurito”, jefe de un grupo de patrullaje del centro de la ciudad.
Asimismo, narraron que la golpiza continuó hasta las inmediaciones del edificio del Partido Provincial, donde el agente utilizó el cabo de la pistola para golpear al anciano, causándole heridas en la cabeza, fracturas costales y múltiples hematomas.
Una persona que presenció la escena desde un edificio cercano intervino para frenar la agresión, al notar que el hombre, esposado y sangrando, ya no podía mantenerse en pie.
Luego del ataque, el oficial intentó borrar toda evidencia del hecho. Según la denuncia familiar, entregó las pertenencias del herido a terceros y dio órdenes para eliminar los registros médicos de su ingreso al hospital.
Pese a que el paciente requirió atención quirúrgica y estudios de varias especialidades, los documentos clínicos desaparecieron misteriosamente.
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Actualmente, el hombre se recupera de las lesiones físicas y del impacto emocional provocado por la agresión. Su familia exige una investigación profunda y sanciones firmes contra el agente implicado, quien, de acuerdo con los vecinos, continúa en servicio.
Este suceso en Santiago de Cuba volvió a poner en evidencia el abuso de poder que existe por parte de los esbirros castristas, un problema que, lamentablemente, ocurre a menudo a lo largo y ancho del país.
Redacción de Cubanos por el Mundo
