La seguridad dentro de centro de salud infantil de Holguín volvió a quedar en entredicho, luego de que trascendieran denuncias sobre robos que afectan a los familiares de los pacientes ingresados.
El Hospital Pediátrico “Octavio de la Concepción y de la Pedraja” es el escenario de estos preocupantes sucesos que vulneran un espacio que debería ser de máxima protección.
Así lo hizo saber la propia afectada a través de una comunicación enviada a La Tijera, que posteriormente difundió la denuncia en su perfil de Facebook. En su mensaje, la mujer solicitó explícitamente que su historia se hiciera pública “para que toda Cuba sepa y estén alertas”.
El caso que encendió las alarmas fue el de una madre, cuya hija llevaba nueve días hospitalizada en la institución. Según su testimonio, un individuo ingresó a la habitación durante la madrugada y sustrajo su teléfono celular mientras este se cargaba, actuando con total impunidad y sin que ningún tipo de vigilancia lo impidiera.
Más allá de la pérdida material, la angustia de la denunciante se centra en la fragilidad del sistema de vigilancia. Su mayor temor, según sus propias palabras, no es el objeto robado, sino la integridad de los menores internados.
“¿Qué seguridad tenemos los familiares y pacientes dentro de una instalación hospitalaria que debería estar protegida? Aquí entra y sale todo el que quiere… el teléfono se recupera, pero el susto de que pase algo o se lleven a uno de nuestros niños, no”, manifestó.
Este incidente no es visto como un hecho aislado, sino como un reflejo del deterioro y la falta de control que afecta a múltiples instituciones públicas en la isla.
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La situación pone de manifiesto una grave brecha de seguridad en un espacio tan sensible como lo es un hospital infantil, y lo peor del caso es que situaciones como estas ocurren no solo en Holguín, sino también en muchos centros médicos de todo el país.
Por ahora, la madre afectada debe comunicarse utilizando el teléfono de un familiar mientras su hija continúa su tratamiento.
El suceso deja una estela de incertidumbre y miedo entre quienes deben permanecer en el pediátrico de Holguín, un lugar que se percibe cada vez menos como un santuario de cuidado y protección.
Redacción de Cubanos por el Mundo