Un alarmante deterioro físico evidencia las brutales condiciones a las que es sometido el artista y preso político cubano Maykel Osorbo.
Su visible delgadez es la consecuencia directa de su reciente confinamiento en una celda de castigo, una represalia de la dictadura por haber realizado una protesta pacífica dentro de la prisión Kilo 8, en Pinar del Río.
La denuncia sobre su precario estado de salud fue articulada por la activista Anamely Ramos en declaraciones ofrecidas a Martí Noticias.

El paso por la celda de aislamiento fue devastador, funcionando como un mecanismo de tortura a través de la inanición. Ramos describió el impacto físico de este castigo con una crudeza que expone la crueldad del sistema carcelario cubano, al señalar que “la verdad es que salió muy delgado porque, claro, prácticamente no estaba comiendo nada en ese tiempo”.
Más allá de la desnutrición, Maykel Osorbo continúa enfrentando un calvario médico. Padece de “crisis cíclicas del dolor” en uno de sus brazos, un sufrimiento que hasta hace poco se veía agravado por la negligencia de las autoridades penitenciarias, quienes le negaban el acceso a sus tratamientos.
Aunque finalmente le entregaron sus fármacos, este patrón de retener medicamentos es una táctica de presión habitual utilizada por el régimen contra los presos de conciencia.
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Es fundamental recordar que la verdadera causa de su encarcelamiento no son los falsos cargos fabricados de desacato, atentado y desórdenes públicos, sino su valiente participación como coautor en el himno de la libertad, “Patria y Vida”, además de su activismo.
Esta canción, galardonada con dos premios Latin Grammy, se convirtió en el himno de la libertad y las históricas protestas del 11 de julio de 2021.
Redacción de Cubanos por el Mundo