Una travesía de siete días a la deriva concluyó en las costas de Celestún, Yucatán, con el desembarco de 21 balseros cubanos, cuyo estado de agotamiento y deshidratación evidenciaba la dureza de su viaje por el Caribe.
El grupo, que incluía al menos a cuatro mujeres, se refugió temporalmente en la escuela Bertha María González del poblado pesquero, donde descansaron luego de esas eternas jornadas en altamar.
Empujados por la desesperación, estos individuos, entre los que se encontraban técnicos y profesionales, buscaban llegar a Quintana Roo. Una de las migrantes, identificada como Mireya, originaria de Santiago de Cuba, resumió el motivo de su éxodo en una cruda declaración: “No buscamos problemas […] Huimos del hambre y los apagones”.
En ese contexto, su testimonio revela que llevaban dos días sin consumir alimentos ni agua potable antes de que las corrientes los arrastraran a tierra firme.
Así lo informó el oficial de la policía local, Dagoberto Canul, a 14ymedio, quien confirmó que el Instituto Nacional de Migración (INM) ya procedió con el traslado del grupo a la ciudad de Mérida para iniciar el correspondiente proceso administrativo.
La llegada de los balseros cubanos generó un tumulto entre los habitantes de Celestún. Una testigo llamada Ixchel relató al medio citado que una multitud rodeó a los recién llegados, alumbrándolos con linternas y ofreciéndoles galletas, aunque su necesidad más apremiante era el agua.
Esta caótica recepción, marcada por la grabación de videos, terminó por asustar a los viajeros, quienes ya se encontraban en una situación de extrema vulnerabilidad.
Sobre este suceso planea la sombra del tráfico de personas. El propio oficial Canul alertó que el uso de varias embarcaciones sugiere la posible implicación de “coyotes”, quienes cobran hasta 3,500 dólares por persona para luego abandonarlas a su suerte en el mar.
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En ese sentido, las autoridades de la nación azteca ya investigan esta hipótesis como una línea principal del caso.
Actualmente, las autoridades de Celestún gestionan un salvoconducto que permita a los 21 balseros cubanos una estancia legal en el país por 30 días, dándoles un respiro temporal en su incierto camino.
Redacción de Cubanos por el Mundo