En las últimas horas, se produjo un supuesto avance en la investigación del asesinato de Carlos Laferte con la detención en Cárdenas, Matanzas, del principal sospechoso, un joven identificado como Dayfred Rizo Noda Herrera, quien ahora enfrenta cargos por el homicidio del querido trabajador de 62 años.
La maquinaria propagandística del régimen, a través de su perfil en Facebook “Con Todos La Victoria”, fue la encargada de anunciar la captura, instrumentalizando el hecho para vender una falsa narrativa de eficiencia.
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En su comunicado, se jactan de una supuesta “tolerancia cero” contra la delincuencia, una retórica hueca que contrasta con la ola de violencia que ellos mismos han permitido que se desate en la isla por su ineficiencia.
Este anuncio oficial, además, busca imponer su versión de los hechos, precisando que Laferte era dependiente del bar Churri–Churri y no dueño de una cafetería, como habían reportado inicialmente los ciudadanos.
La intervención de la víctima en un altercado protagonizado por Rizo Noda fue lo que, según esta fuente, desencadenó la agresión mortal con un arma blanca en el tórax.
El perfil del detenido, un joven sin vínculo laboral, encaja en el patrón de descomposición social que se vive en Cuba. Por consiguiente, el régimen le imputará los delitos de asesinato y tenencia ilegal de armas, intentando cerrar el caso sin abordar las causas profundas de la criminalidad rampante.
En definitiva, mientras las autoridades de Matanzas presentan este arresto como un triunfo, para los habitantes de Cárdenas solo confirma una verdad dolorosa: la vida de un hombre bueno fue arrebatada en un acto de violencia que es consecuencia directa del colapso social que el propio castrismo ha provocado.
De hecho, ahora esperan que, al menos, el homicida pague por su crimen y no termine nuevamente en las calles, como suele ocurrir en la gran mayoría de los casos.
Redacción de Cubanos por el Mundo