El huracán Melissa, categoría 3, descargó su furia sobre el oriente de Cuba, dejando a su paso un panorama de inundaciones catastróficas, destrozos generalizados y comunidades incomunicadas.
Mientras las autoridades comunistas reportan la activación de “protocolos de emergencia”, que no funcionan, desde el terreno se alzan voces que denuncian la lentitud de los rescates y la precariedad de las infraestructuras que han colapsado ante la fuerza del fenómeno meteorológico.
A pesar de que el Instituto de Meteorología de Cuba y el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de EE. UU. emitieron advertencias con antelación, la magnitud de los daños evidencia la vulnerabilidad de un país cuya capacidad de prevención y respuesta ha sido mermada por décadas de mala gestión y falta de inversión en infraestructuras críticas.
La provincia de Santiago de Cuba es, hasta el momento, la más golpeada. Según reportes en las redes sociales en la zona, el municipio de Guamá fue arrasado por oleajes de más de 4 metros, que han destruido viviendas costeras cuyos habitantes no contaron con medios seguros para una evacuación temprana.
En la ciudad de Santiago, las inundaciones han anegado barrios enteros, mientras el centro recreativo Zona+ sufrió graves daños. Una de las situaciones más críticas se vive en la localidad de El Cobre, donde la crecida del río dejó atrapadas al menos a 17 personas en la Loma del Cimarrón. Aunque se reporta que los equipos de rescate trabajan en el lugar, fuentes locales cuestionan la insuficiencia de medios técnicos para una operación de esta envergadura.
La ineficiencia en el manejo de los recursos hídricos quedó al descubierto en Palma Soriano, donde la presa Charco Mono se desbordó tras registrarse más de 150 milímetros de lluvia en menos de una hora.
Municipios como Contramaestre, Segundo Frente y San Luis no solo reportan inundaciones y comunidades aisladas, sino también la pérdida total de áreas productivas. La zona de Poza Blanca, vital para la economía local, ha quedado anegada, lo que augura una crisis alimentaria adicional para una población que ya sufre un desabastecimiento crónico.
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Redacción Cubanos por el Mundo
