La furia del huracán Melissa dejó a una familia en completa desprotección en Palma Soriano, Santiago de Cuba, luego de que su vivienda quedara parcialmente destruida por el impacto de un árbol de enormes dimensiones.
El hecho fue reportado a través de diversas plataformas de redes sociales, desde donde los propios ciudadanos están documentando la magnitud de los estragos.
El desastre se materializó cuando las violentas ráfagas de viento asociadas al fenómeno meteorológico arrancaron de raíz un frondoso mamoncillo, el cual se desplomó directamente sobre la estructura del techo de la residencia.
Si bien los residentes del inmueble lograron salir ilesos, un milagro en medio del caos, ahora enfrentan un panorama desolador. La pérdida material es considerable, dejando al núcleo familiar en una situación de extrema vulnerabilidad y sin un techo seguro bajo el cual resguardarse.
Este incidente en Santiago de Cuba es un doloroso reflejo de la tragedia que se vive en múltiples comunidades del oriente cubano. Las imágenes y testimonios que continúan emergiendo de las zonas afectadas pintan un cuadro de devastación generalizada, donde miles de damnificados comparten un destino similar, habiendo perdido sus hogares y pertenencias a causa del huracán.
Mientras tanto, las autoridades, lejos de prestar sus mejores esfuerzos, no hacen más que quejarse y reconocer que sus preparativos antes de la llegada del ciclón no fueron suficientes.
Una de las encargadas fue la presidenta del Consejo de Defensa de Santiago de Cuba, Beatriz Johnson Urrutia, quien admitió que la situación en la provincia era realmente difícil.
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La funcionaria castrista declaró a la Televisión Cubana que dicha región permanece con derrumbes parciales, daños materiales considerables en los distintos municipios, e inundaciones por la crecida de los ríos.
Redacción de Cubanos por el Mundo
