El régimen cubano aplica una vez más su maquinaria represiva contra el preso político Yasser Fernando Rodríguez González, a quien le fue negada de manera anticipada y arbitraria cualquier posibilidad de progresión en su condena.
Las autoridades carcelarias le comunicaron que no accederá ni al cambio a un régimen de mínima severidad ni a la libertad condicional, violando sus propios reglamentos penitenciarios.
Fue el propio recluso quien denunció esta nueva arbitrariedad al medio independiente CubaNet mediante una llamada telefónica desde la prisión de máximo rigor Combinado de Sandino, en Pinar del Río, el pasado miércoles 15 de octubre.

Cabe recordar que Rodríguez González, un albañil de 42 años, cumple una sentencia de siete años de privación de libertad por el único “delito” de ejercer su libertad de expresión.
Su encarcelamiento fue la represalia directa por decorar la fachada de su propia casa con carteles y manifestar sus opiniones contra la dictadura en redes sociales.
En estos últimos días, La farsa castrista quedó otra vez en evidencia cuando una oficial militar, que se identifica como “Chala”, le entregó un documento con la negativa fechada el 1 de noviembre de 2025, una inconsistencia que la funcionaria fue incapaz de justificar.
Posteriormente, un oficial de la Seguridad del Estado identificado como “Mario” intentó justificar la medida alegando el tiempo que el preso político pasó en aislamiento. Sin embargo, Rodríguez González desmanteló de inmediato este pretexto, aclarando que su reclusión en solitario fue una decisión voluntaria y no una sanción disciplinaria.
Además, este castigo se suma a una cadena de abusos que incluye su traslado a esa remota prisión pinareña bajo engaño, haciéndole creer que su destino era La Habana.
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Esta maniobra tiene el claro objetivo de dificultar las visitas de sus familiares, imponiéndoles un castigo adicional a través de viajes más largos y costosos que buscan quebrar sus lazos afectivos.
Por otro lado, el medio citado enfatizó que la negativa del régimen constituye una flagrante violación de sus propias leyes. Según el Reglamento de Cárceles y Prisiones, Rodríguez González ya sobrepasó el tiempo requerido para ser considerado para ambos beneficios.
A pesar de las reiteradas solicitudes formales realizadas por sus familiares, la respuesta de la dictadura es siempre la misma: un no rotundo que confirma su estatus de preso político secuestrado.
Redacción de Cubanos por el Mundo