La resistencia del preso político Yosvany Rosell García Caso se intensifica al cumplir dos semanas en huelga de hambre, una medida extrema de protesta que agrava su ya crítico estado de salud dentro de las mazmorras del régimen castrista en la prisión de Cuba Sí, Holguín.
El alarmante deterioro de su condición física fue confirmado por su esposa, Mailín Rodríguez Sánchez, en una desgarradora declaración al medio independiente CubaNet.
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Tras tres días de insistencia para poder verlo, las autoridades le concedieron un encuentro de apenas cinco minutos bajo la intimidante vigilancia de nueve militares.
“Estoy desconsolada de verlo en esas condiciones, está muy delgado, con la piel pegada en los huesos”, relató Rodríguez Sánchez al medio citado, describiendo el impacto que le causó el evidente declive físico de su esposo.
Durante la breve y grabada visita, la entereza del preso político se mantuvo inquebrantable; incluso le pidió a su esposa que se retirara, reafirmando que no abandonará su lucha.
Esta postura de sacrificio ha sumido a su familia en una profunda desesperación, evidenciada en el clamor de su compañera: “¡Hasta cuándo los familiares de los presos políticos tendremos que pasar por tanta angustia y dolor!”.
Yosvany García, de 37 años, es uno de los miles de cubanos condenados por el simple hecho de ejercer su derecho a la protesta durante el histórico levantamiento popular del 11 de julio de 2021.
La dictadura le impuso una salvaje sentencia de 15 años bajo el fabricado cargo de “sedición”, como castigo por su firme postura contra el sistema comunista que oprime a la isla.
Dentro de la prisión, Yosvany ha sido víctima de brutales golpizas, confinado en celdas de castigo, amenazado de muerte y se le ha negado atención médica de forma deliberada, represalias constantes por no doblegarse ante sus carceleros y por mantener viva la llama de la libertad que encendió aquel 11J.
Redacción de Cubanos por el Mundo