La desesperación y la impotencia marcan el calvario de la familia de Elismar Novo Rosabal, un joven cubano de 24 años residente en México, cuyo paradero es un misterio desde hace un año.
La pista del joven se perdió el 5 de noviembre de 2024, tras ser visto por última vez abordando un vehículo en compañía de dos compañeros de trabajo, identificados como Tania Betancourt y Carlos Deaquino, a quienes conoció en una panadería.
La familia, que ha hecho pública la denuncia a través de diversas plataformas y a su vez extendida por el periodista Niover Licea en Facebook, posee pruebas contundentes del momento exacto de la desaparición: un video que muestra a Elismar subiendo al automóvil.
A pesar de haber entregado este material, junto con los nombres de los sospechosos, a la Fiscalía correspondiente, la investigación parece no haber avanzado.
Este joven cubano, originario del reparto Los Coquitos en Camagüey, había emprendido la travesía migratoria a través de Nicaragua el 9 de mayo de 2023, con la esperanza de llegar a Estados Unidos. Su desaparición truncó su espera por una cita migratoria mientras se ganaba la vida en la capital mexicana.
Los esfuerzos por encontrarlo han sido constantes y se han formalizado por dos vías: una denuncia interpuesta por la dueña de la vivienda donde residía y otra gestionada por una tía, ciudadana estadounidense, que aportó toda la documentación necesaria para exigir celeridad.
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En medio de esta incertidumbre, el ruego de su madre, Marilin Rosabal, resume la angustia familiar: “Tenemos las fotos, nombres y el video donde se ve a mi hijo subirse al carro. Solo pedimos que este caso se vea, que se escuche, que alguien que lo haya visto hable. Estoy desesperada”.
El clamor de sus seres queridos busca romper la barrera de la indiferencia y movilizar a la comunidad cubana en la nación azteca para encontrar una pista que pueda salvar la vida de este chico.
Redacción de Cubanos por el Mundo