El gobierno de Perú oficializó la terminación de las funciones diplomáticas de Carlos Zamora, embajador del régimen cubano en ese país, quien consecuentemente abandonó el territorio nacional de manera irrevocable.
Zamora, también conocido por su alias “El Gallo”, culminó así su gestión en medio de serias acusaciones sobre la naturaleza de sus actividades.
La información fue difundida por el Ministerio de Relaciones Exteriores peruano a través de un comunicado oficial, donde se detalló que la Cancillería tomó tal decisión luego de un encuentro celebrado el pasado 28 de octubre, en el cual el vicecanciller del país dialogó con Zamora específicamente “sobre las actividades desarrolladas durante su gestión”.

La expulsión del diplomático se produce tras señalamientos que lo identifican como un agente de inteligencia con formación en la KGB de la antigua Unión Soviética, una descripción proporcionada por exoficiales de la inteligencia cubana.
Además, su gestión estuvo marcada por una creciente desconfianza de diversos sectores peruanos, quienes veían en su presencia un riesgo para la seguridad interna.
Es importante subrayar que, mucho antes de esta determinación, ya existían solicitudes formales para su retiro. El pasado 16 de agosto, la Unión Naval, una organización de oficiales retirados de la Marina de Guerra, exhortó a la entonces presidenta de Perú, Dina Boluarte, a degradar las relaciones con Cuba al nivel consular.
Dicha agrupación argumentó en una carta que la infiltración ideológica cubana ha sido un factor de inestabilidad en otras naciones del continente como Venezuela, Nicaragua y Colombia.
Por consiguiente, la presencia de un funcionario con el historial de Zamora era considerada una amenaza directa, acusándolo de utilizar la inmunidad diplomática para “realizar acciones clandestinas de proselitismo para captar adeptos y propiciar actos ilícitos”.
Estas aprensiones se vieron reforzadas por episodios concretos durante la administración del expresidente Pedro Castillo. Uno de los hechos más cuestionados fue una reunión no registrada entre Zamora y el entonces ministro del Interior, Willy Huerta, para discutir una supuesta cooperación en seguridad ciudadana.
Asimismo, generó alarma la llegada de un contingente de 85 profesionales de la salud cubanos en junio de 2022, cuyas labores en el territorio nunca fueron clarificadas públicamente.
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Por otro lado, José Luis Gil, exmiembro del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), instó directamente a la mandataria a retirar no solo al embajador, sino también a su esposa, Maura Juanpere, identificada como coronel de inteligencia.
La salida definitiva de Zamora se enmarca, además, en un contexto de tensiones diplomáticas de Perú con México. El gobierno azteca, un aliado de La Habana, mantiene fricciones con la actual administración de la nación sudamericana a raíz de la solicitud de asilo para Betssy Chávez, ex primera ministra del destituido Pedro Castillo.
Redacción de Cubanos por el Mundo