Agentes de la oficina de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) anunciaron el arresto en esta ciudad de Rigoberto Guerra, un ciudadano cubano acusado de posesión con la intención de distribuir más de 50 gramos de metanfetamina.
La detención fue llevada a cabo por el equipo de Enforcement and Removal Operations (ERO) de Nueva Orleans. Como parte de su política de divulgación, ICE ha incluido a Guerra en su campaña pública denominada “Lo peor de lo peor”, una lista donde la agencia destaca a inmigrantes a los que considera de “alta peligrosidad” por los delitos que se les imputan.
Según el comunicado oficial, el ciudadano cubano, de quien no se revelaron más datos personales, ya contaba con antecedentes penales en Estados Unidos al momento de su arresto. Actualmente, Guerra se encuentra bajo custodia federal mientras avanza su proceso de deportación.

Este caso se suma a una serie de arrestos recientes de cubanos en la misma zona. A principios de agosto, ICE reportó la detención de Eduardo Fundora-Setién, de 59 años, quien había sido condenado en Louisiana por agresión doméstica en segundo y tercer grado. Poco después, las autoridades también arrestaron a Jorge Luis Díaz García, buscado por asalto vehicular y múltiples cargos por conducción temeraria.
A pesar de tener órdenes finales de deportación, muchos ciudadanos cubanos con condenas penales permanecen en centros de detención estadounidenses de manera indefinida, como el polémico centro conocido coloquialmente como “Alligator Alcatraz”.
Esta situación se debe a que el régimen de Cuba, de forma habitual, se niega a aceptar la repatriación de nacionales que han cometido delitos en el extranjero, dejándolos en un limbo legal y generando un desafío adicional para las políticas migratorias de Estados Unidos.
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Redacción Cubanos por el Mundo