Una creciente sustracción de triciclos eléctricos azota al municipio de 10 de Octubre, en La Habana, donde grupos de delincuentes operan con impunidad y han generado un ambiente de zozobra entre los residentes que dependen de estos vehículos para su sustento diario.
La alerta sobre estos hechos delictivos se originó a través de una denuncia ciudadana, la cual fue difundida por el comunicador Niover Licea en su perfil de Facebook “Nio reportando un crimen”, un espacio que se ha convertido en un canal para visibilizar la inseguridad que los medios estatales ignoran deliberadamente.
El método empleado por los malhechores consiste en merodear las calles en busca de una oportunidad, aprovechando cualquier descuido para apoderarse de los triciclos estacionados, una situación que ya confirmó una de las víctimas al denunciar un intento de hurto contra su propiedad y que se suma a otros casos recientes en el mismo barrio.
El impacto de esta modalidad criminal es particularmente devastador para la población, puesto que estos vehículos no son un lujo, sino una herramienta fundamental de trabajo y el principal medio de transporte para innumerables familias, por lo cual su pérdida representa un golpe directo a la precaria economía de subsistencia de muchos cubanos.
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Ante la total ausencia de una respuesta policial efectiva por parte de las autoridades de La Habana, los propios vecinos han comenzado a exhortar a la comunidad a extremar las medidas de seguridad y a reportar cualquier actividad sospechosa, una clara demostración de que la ciudadanía se encuentra desamparada y obligada a organizarse por su cuenta para proteger su patrimonio.
Mientras tanto, la dictadura sigue empeñada únicamente en seguir generando caos contra quienes solo buscan sobrevivir a ese infierno que empezó hace casi 70 años.
Redacción de Cubanos por el Mundo