La incompetencia de la dictadura cubana para controlar las arbovirosis provocó una emergencia sanitaria crítica en Sancti Spíritus, donde siete infantes contrajeron chikungunya en el Servicio Provincial de Neonatología.
Según información difundida por el aparato de propaganda del régimen, a pesar de su delicado estado, los menores presuntamente muestran signos de mejoría.
Meidalis Martínez Barrios, jefa del departamento de Neonatología, admitió la inmensa dificultad para manejar la situación porque la enfermedad representa un riesgo letal para los bebés en esa temprana edad, lo cual demandó una supervisión clínica rigurosa con protocolos precisos y una movilización casi constante del personal sanitario.
Además, la especialista especificó que el brote inició el 11 de noviembre con dos neonatos en estado crítico, mientras los otros cinco se catalogaron como graves por las directrices médicas existentes para cualquier recién nacido que manifieste síntomas del padecimiento.
“Hemos tenido un total de siete pacientes. Comenzamos a tener el primer caso el día 11 de noviembre. Dos de estos pacientes se reportaron críticos. Los cinco restantes se reportaron graves porque, por protocolo, un recién nacido con síntomas de chikungunya se reporta grave”, fueron sus palabras.
La funcionaria reconoció que los pacientes más vulnerables requirieron el mayor esfuerzo terapéutico y la estancia más prolongada en la unidad, forzando al servicio médico a implementar exhaustivos turnos de trabajo de 24 horas cada dos días.
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Por ello, describió las jornadas como “desgastantes” por la intensidad que exigía la atención a los niños, incluso confesó que el desafío profesional superó lo que experimentaron durante la pandemia de COVID-19.
Este grave suceso en Sancti Spíritus no es un caso aislado, sino que ejemplifica el colapso generalizado del sistema de salud pública en toda Cuba y refleja la continua degradación de los controles sanitarios y epidemiológicos bajo responsabilidad del régimen castrista.
Redacción de Cubanos por el Mundo
