El influencer cubanoamericano Alex Otaola encendió las alarmas sobre la posible conexión entre autos robados en México y el creciente misterio de los lotes de vehículos retenidos en Cuba.
La acusación se sostiene en dos pilares, un enorme parque automotor congelado por la dictadura dentro de la isla y un estremecedor testimonio proveniente del propio territorio mexicano, donde un cubano admite trabajar en una red criminal dedicada al desarme de autos robados para la venta ilegal de sus piezas.
Las imágenes expuestas por Otaola revelan cientos de vehículos importados, guardados bajo candados estatales y cubiertos de polvo dentro de la isla. Estos carros, probablemente ya fueron cobrados, facturados y pagados por ciudadanos cubanos que llevan meses esperando una entrega que nunca llega. Mientras tanto, el régimen repite su narrativa habitual sobre el “bloqueo” como la causa de absolutamente todas las carencias. Sin embargo, el lote mostrado desbarata por completo ese argumento.
“Hay alguna garantía que entre las relaciones México, dictadura, carteles, Sandro Castro, Cancún, Cangrejo, Jefrrey, todos los que sabemos en el entorno mexicano, que garantías hay de que estos carros desarmados no terminan en La Habana, no son esos que están ahí en ese lote gigantesco”, apuntó el influencer.
A la denuncia visual hecha por Otaola se suma un audio en el que un cubano radicado en México relata con naturalidad cómo opera una red clandestina que desarma autos robados para vender sus piezas.
Otaola sostiene que esta trama de delincuencia internacional y complicidad estatal explica por qué aparecen, casi de la nada, lotes masivos de vehículos en la isla mientras el pueblo permanece atrapado entre pagos interminables, trámites sin fin y promesas incumplidas.
El activista insiste que en el sistema castrista, el cubano que se presta para estas cosas, termina siendo la víctima debido a que paga por un carro que nunca recibe, confía en un proceso diseñado para fallar y queda indefenso ante la maquinaria burocrática que se alimenta de cada permiso y cada cuota, quitándole dinero por cada paso que da.
“Ellos (la dictadura) no tienen apuro en entregarte nada si ellos ya te cobraron el envío, ya te cobraron la carga, te cobraron y te cobraron, y tú de come mierd* lo pagaste, ahora te van a cobrar para entregártelo, pero se van a tomar su tiempo, porque quién respeta a los come mierd*, nadie”, comentó el influencer.
El presentador concluye con un llamado ético que atraviesa toda la denuncia, si el ciudadano común acepta participar en estas redes y confiar en un sistema fallido, contribuye a fortalecer el mismo monstruo que lo oprime.
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Redacción Cubanos por el Mundo
