Mientras la afición aún celebra el desarrollo de la 64 Serie Nacional de Béisbol, las autoridades comunistas municipales mostraron su miseria y premiaron a los jugadores más destacados del equipo Leñadores de Las Tunas con sacos de carbón, ventiladores y otros artículos de primera necesidad, en un acto que solo refleja la profundidad de la crisis económica que atraviesa la isla.
La ceremonia que ellos denominan de “estimulación”, organizada por las castristas autoridades municipales de Amancio, Colombia, Majibacoa y Jesús Menéndez, fue publicada en Facebook.
Las imágenes publicadas en las redes sociales muestran a los peloteros posando junto a sus “estímulos”, un premio vergonzoso que solo se puede dar en un país lleno de pobreza, hambre y miseria. Estos fueron principalmente sacos de carbón vegetal y ventiladores eléctricos, complementados en algunos casos con ollas arroceras, bolsas con refrescos y otros insumos básicos.
Este “reconocimiento”, presentado como un gesto de gratitud hacia los deportistas, solo deja clara la normalización de la escasez extrema en un país donde, paradójicamente, los apagones eléctricos diarios hacen que un ventilador sea a menudo un objeto inútil, y donde el carbón se ha convertido en un recurso esencial para cocinar ante las fallas constantes del servicio eléctrico y del gas.
Un reciente informe del observatorio independiente Food Monitor Program (FMP) advierte que una dieta mínimamente saludable está fuera del alcance de la mayoría de los cubanos. Según el estudio, dos adultos en La Habana necesitarían al menos 41,735 pesos mensuales para alimentarse de manera suficiente, una cifra que equivale a unos 20 salarios mínimos oficiales.
La propia Serie Nacional de Béisbol es víctima de la crisis estructural, con múltiples partidos cancelados debido a la falta de combustible, los eventos meteorológicos como el huracán Melissa, y más recientemente, la situación epidemiológica.
El “premio”, que realmente es una falta de respeto para los peloteros tuneros, no ha pasado desapercibido en redes sociales, donde muchos usuarios lo han interpretado como un símbolo del colapso económico y el desinterés de las autoridades con la realidad cotidiana de un pueblo que sobrevive, donde incluso los atletas de élite son “estimulados” con lo que en cualquier otro país serían simples mercancías de supervivencia.
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Redacción Cubanos por el Mundo
