La cruel dictadura cubana finalmente autorizó una visita familiar al preso político Yosvany Rosell García, quien se recupera en un hospital de Holguín tras llevar su cuerpo al límite con una huelga de hambre de 40 días para protestar su encarcelamiento.
La confirmación del encuentro provino de su esposa, Mailin Sánchez, mediante una publicación en Facebook, un hecho que ocurrió apenas un día después de que ella misma contara que los carceleros le negaban arbitrariamente el acceso a su cónyuge a pesar de encontrarse a metros de su habitación.
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Mailin Sánchez describió que lo encontró con buen ánimo y firme en sus convicciones, pero su mensaje deja claro que la lucha continúa.
“Esta familia pudo ver a su padre hoy, pero no como quisiéramos en una sala de hospital, sino en casa, como debe ser, libre con su familia que lo necesita”, dijo la mujer.
La prolongada inanición del preso político, iniciada en octubre como una medida desesperada ante las condiciones infrahumanas de su reclusión, llevó su organismo al colapso y obligó a su traslado de emergencia desde la prisión a una unidad de cuidados intensivos, y aunque ya fue movido a una sala general, su recuperación física es un proceso lento y delicado.
El caso de Rosell García Caso no pasó desapercibido en el ámbito internacional, pues tanto Amnistía Internacional como el Observatorio Cubano de Derechos Humanos denunciaron la situación y exigieron su liberación inmediata, responsabilizando al Estado cubano por la vida del activista.
Su drástica protesta concluyó el pasado 2 de diciembre, no por un acto de clemencia, sino porque el régimen accedió a su única exigencia: ser trasladado a una celda de aislamiento.
A partir de ese momento comenzó un complejo proceso de realimentación para intentar revertir el daño orgánico provocado por 40 días sin ingerir alimentos, una batalla por la vida que él enfrenta ahora como consecuencia directa de la brutalidad del sistema carcelario castrista.
Cabe recordar que este herrero y padre de tres hijos es una de las miles de víctimas de la represión desatada por la tiranía tras las manifestaciones masivas del 11 de julio de 2021, y recibió una desproporcionada sentencia de 15 años de privación de libertad únicamente por ejercer su derecho a la protesta pacífica.
Redacción de Cubanos por el Mundo