La desesperada necesidad de mitigar el hambre que impera en las mazmorras castristas fue el detonante de un brutal castigo contra el preso político Alexander Verdecia, quien recibió una golpiza por parte de sus carceleros en la prisión Las Mangas, en Granma, tras el hallazgo de un artefacto artesanal para cocinar alimentos.
La denuncia sobre esta agresión trascendió gracias a una misiva que el propio Verdecia logró enviar a su familia, un documento que su esposa, la activista Eliannis Villavicencio, hizo público a través del medio Martí Noticias para exponer la crueldad a la que someten al opositor.
El preso político identificó plenamente a sus agresores como el oficial Wilber Soto Pérez y un custodio conocido por el apodo de “Masó”, quienes lo atacaron sin piedad, tal como lo describió en su carta.
El detonante de la furia de los esbirros fue la reacción de Verdecia cuando estos decomisaron una cubeta con chorote de pinol de maíz y un calentador eléctrico improvisado.
“Le dije que los reclusos cocinaban alimentos debido a que los están matando de hambre”, relató.
Tras esposarlo por la espalda, Wilber Soto Pérez lo golpeó en la nuca frente a los demás reclusos, para que luego el custodio “Masó” continuara con la agresión dándole una bofetada e intentara empujarlo por unas escaleras.
El disidente, de 51 años, se encuentra en ese penal desde el 7 de febrero, cuando el régimen lo encarceló por el simple hecho de expresar sus críticas en redes sociales y desde entonces permanece en un limbo de detención preventiva, sufriendo las deplorables condiciones del sistema penitenciario cubano.
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El calvario de este preso político se extiende a una farsa judicial, ya que su juicio se celebró el 10 de septiembre en Bayamo, donde la fiscalía solicitó una condena de ocho años por supuesta propaganda contra el orden constitucional.
La sentencia, que debía emitirse el 8 de octubre, sigue pendiente, prolongando su suplicio y demostrando el uso de la tortura psicológica como otra herramienta represiva de la dictadura.
Redacción de Cubanos por el Mundo