El influencer y activista cubanoamericano Alex Otaola reaccionó públicamente al audio enviado desde el centro de detención conocido como Alligator Alcatraz por el rapero cubano Leandro Medina Fellové, más conocido como Insurrecto.
En el mensaje, el artista cubano detenido expone quejas relacionadas con la higiene, la alimentación, el frío, el trato del personal y la falta de comodidades dentro del centro de detención de migrantes ubicado en Florida.
En ese sentido, durante su análisis, Otaola explicó que el audio, que también fue remitido a otros espacios públicos, describe un entorno hostil, sin limpieza regular y con comida deficiente. Sin embargo, el influencer hizo una aclaración central que muchos omiten deliberadamente: Alligator Alcatraz no es una prisión, pero tampoco es un hotel. Se trata de un centro de procesamiento y detención migratoria cuyo objetivo es tramitar salidas o procesos legales, no ofrecer confort.
Otaola subrayó que la ausencia de televisores, tablets u otras comodidades no es una anomalía, sino parte del diseño del lugar.
“Insurrecto cree que está en un hotel, no está en Alligator Five Star Hotel, está en un centro de detención, en un centro para deportar a las personas, es un centro de procesamiento en donde tramitan la salida del individuo”, aclaró el activista y presidente de la Fundación Cubana Anticomunista.
En ese contexto, agregó que las expectativas de comodidad no se corresponden con la naturaleza del sistema migratorio estadounidense.
El influencer también puso énfasis en un punto clave del caso: el historial del detenido. Recordó que un DUI no es una falta menor y que conducir bajo los efectos del alcohol ha costado innumerables vidas.
Según Otaola, las autoridades no evalúan los casos de manera aislada, sino que toman en cuenta el expediente completo, incluidos arrestos y antecedentes previos, al momento de decidir el curso de cada proceso.
No obstante, el activista precisó que las quejas fueron elevadas a las oficinas de los congresistas cubanoamericanos en Florida con el objetivo de verificar que se cumplan condiciones mínimas y evitar tratos humillantes, dejando claro que esto no implica exigir lujos ni privilegios especiales, sino respeto básico a los derechos humanos.
Otaola cerró su comentario con un mensaje directo y sin concesiones: hacer las cosas bien importa. Señaló que quienes llegan a procesos migratorios con documentos en regla, conducta limpia y sin antecedentes suelen resolver su situación sin mayores complicaciones, mientras que, por el contrario, quienes acumulan faltas enfrentan las consecuencias.
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Redacción Cubanos por el Mundo