Perspectivas de la energía solar en Cuba

Feb 6, 2016

Por Sasha Kolopic

Energía solar en Cuba. Foto: CIES

La energía solar tiene una gran potencial en Cuba pero falta mucha inversión. Foto: CIES

HAVANA TIMES – En las afueras de La Habana, en el barrio de San Miguel del Padrón, la electricidad fue cortada durante todo un día la semana pasada. Los residentes de la localidad temen que este apagón pueda ser una señal de los preparativos para una próxima escasez de energía, debido a los recientes cambios políticos en Venezuela y el probable final del programa de subsidios de petróleo con Cuba.

El suministro de electricidad de la Isla todavía depende mucho de las importaciones de petróleo de la vecina Venezuela. Pero como la mayoría de las naciones del Caribe, Cuba tiene un inmenso potencial para generar energía a partir de alternativas renovables, como por ejemplo la energía solar, que puede ser utilizada para satisfacer las necesidades del país y de pequeñas empresas.

La producción de energía renovable en Cuba es poca, se estimaba en alrededor de un cuatro por ciento su producción general en 2012. El Gobierno afirma que para el 2030 quiere aumentar la capacidad de generación de energía renovable a un 24 por ciento a través de una inversión de 3.500 millones de dólares.

Con el fin de reducir la dependencia de las importaciones de combustible fósil, se instituyó un programa de eficiencia energética de amplio alcance en el año 2006, que ha supervisado varias iniciativas de ahorro de energía para el sector residencial, incluyendo la sustitución de electrodomésticos viejos e ineficientes.

Otro aspecto del programa fue el cambio a una red nacional de generación de energía con mayor distribución, con centrales eléctricas más pequeñas para reducir la posibilidad de daños y apagones que antes eran el resultado de los huracanes que afectan a una red más centralizada.

Mirando hacia el futuro, con las reformas económicas introducidas recientemente y una inminente eliminación del embargo de Estados Unidos, Cuba necesita actuar en una próxima fase de mejoras para acomodar el crecimiento económico y el aumento de la demanda de energía para el uso doméstico e industrial.

El potencial de la energía solar en la nación caribeña es alto si se toma en cuenta que la posición geográfica del país puede permitir una generación de 5kWh por metro cuadrado – aproximadamente el uso diario promedio diario de una familia. Aunque hasta ahora los proyectos de energía solar se han limitado a las zonas remotas, la capacidad ha aumentado considerablemente en los años recientes.

Para que la energía solar tenga un impacto a largo plazo sobre la demanda de energía y la producción cubana, los proyectos deben expandirse más allá del uso fuera de la red. El enfoque debe cambiar hacia aplicaciones urbanas de sistemas solares y un mayor desarrollo de equipos domésticos con este tipo de energía.

En el 2013 el primer parque solar de Cuba abrió sus puertas en Cantarrana, cerca de Cienfuegos, con una capacidad de 2,6 MWp. El parque solar de Santa Teresa (con capacidad de 4,5 MWp), cerca de la Base naval estadounidense en Guantánamo, también comenzó a funcionar recientemente.

El Gobierno construyó una planta de fabricación que ha producido 14 mil paneles solares fotovoltaicos, también cerca de Cienfuegos. Actualmente, la provincia de Granma cuenta con el mayor porcentaje de generación de energía renovable dentro de la Isla, con aproximadamente un 37 por ciento en 2013. A finales de 2014, más de mil 500 sistemas solares fuera de la red nacional proporcionaban energía a clínicas, escuelas, centros comunitarios y hogares ubicados en zonas remotas de la provincia de Granma. El Estado cubano ha declarado que quiere tener instalado para el 2030 700 MW de capacidad de energía solar.

Cuba puede confiar en la experiencia local para ayudar a apoyar el crecimiento de la energía solar en todo el país. Tiene una fuerza laboral bien preparada y organizaciones locales, como el Centro de Investigaciones de Energía Solar (CIES), que trabaja en la investigación, desarrollo y ejecución de diversos proyectos de energía solar y soluciones.

Además, el CIES está desarrollando la capacidad académica y técnica en todos los territorios a través de talleres de capacitación junto con las instalaciones solares que son fácilmente mantenidas por la comunidad. Ellos han diseñado una multitud de prototipos, incluyendo controladores fotovoltaicos, calentadores solares de agua, cocinas y secadores solares, y otros aparatos.

Por desgracia, el CIES está limitado por la falta de fondos que es vital para realizar pruebas adicionales y la mejoría de los productos, así como para la planificación de una posible presencia en el mercado internacional para satisfacer la creciente demanda mundial de soluciones y aplicaciones de energía solar.

Trabajando en estrecha colaboración con el CIES está la ONG local Cubasolar, que es dirigida por ingenieros, científicos y planificadores que se han mantenido muy activos en el impulso para el avance de las energías renovables en Cuba. Uno de sus principales logros ha sido la creación de una red nacional de expertos en diversos sectores y fomentar la cooperación y transferencia de conocimiento con los actores internacionales en el campo de la energía solar. Cubasolar publica una revista trimestral, Energía y Tú, con artículos sobre la investigación, proyectos e iniciativas en el campo de la energía renovable.

Para que la energía solar tenga un impacto a largo plazo sobre la demanda de energía y la producción cubana, los proyectos deben expandirse más allá del uso fuera de la red. El enfoque debe cambiar hacia aplicaciones urbanas de sistemas solares y un mayor desarrollo de equipos domésticos con este tipo de energía. Particularmente esta última categoría ofrece a Cuba un gran potencial para convertirse en un actor global, ya que la demanda internacional de alta calidad, aplicaciones solares asequibles es fuerte.

Secadora solar para granos. Foto: CIES

Secadora solar para granos. Foto: CIES

Lo que no deja que la Isla alcance esa posición es el aspecto financiero. A pesar de las recientes reformas económicas, todavía el país no es una opción muy atractiva para la inversión extranjera directa, con o sin los obstáculos presentados por el embargo estadounidense. Incluso si este fuera eliminado pronto, eso no garantiza que los mecanismos financieros internacionales puedan inmediatamente (o se les permita) despegar.

Para apoyar el desarrollo del sector de la Energía Renovable, una entrada cautelosa a pequeña escala en el complejo mundo de las finanzas internacionales podría probablemente comenzar incorporando inicialmente pequeños proyectos de energía de las ONG o a través de Programas de Responsabilidad Social de las principales empresas mundiales – un escenario poco probable dado la reciente negativa por parte del Gobierno cubano hacia la propuesta de Google para proporcionar acceso a Internet en todo el país y en lugar de esto se voltearon hacia socios procedentes de China.

Otra opción de financiamiento incluye recurrir a fondos para el desarrollo internacional que se centran en el avance de las energías renovables como el programa de la ONU Energía Solar para Todos. Un ejemplo de eso es el reciente préstamo de 15 millones de dólares que el Gobierno cubano recibió de recibió del Fondo Abu Dhabi para el Desarrollo que se creó en conjunto con la Agencia Internacional de Energías Renovables.

El préstamo debería ayudar, en parte, a financiar cuatro plantas solares de 10 MW. Más allá de eso, el Estado tiene un largo camino por recorrer si se van a construir las 700 MW de capacidad solar planificadas y asegurar los 3.500 millones necesarios para financiar su visión de una transformación energética en todo el país. Cómo el Gobierno piensa lograr ese objetivo, con quién y en qué condiciones, todavía es un misterio.

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