Desde hace más de una década, Carlos Rodríguez, un ingeniero cubano de 70 años, vive en las calles de Miami a pesar de tener sus documentos en regla.
En lugar de un techo, cada noche lo recibe una simple silla de playa, mientras sigue buscando una oportunidad que le permita dejar atrás la indigencia.
Carlos llegó a Estados Unidos con la esperanza de construir una nueva vida, pero las barreras económicas lo empujaron a una situación extrema.

Aunque recibe una pensión mensual de $1,100, este ingreso resulta insuficiente para cubrir los elevados costos de alquiler en Miami.
Además, su intento de acceder al programa de vivienda subsidiada Plan Ocho ha sido en vano debido a largas listas de espera y estrictos requisitos.
Con una sólida trayectoria como ingeniero en Control Automático y experiencia en mantenimiento, Carlos está decidido a encontrar un empleo de medio tiempo que le permita recuperar estabilidad.
Su historia salió a la luz gracias a la cuenta de TikTok Conducta (@conductadade), que busca conectar a Carlos con posibles empleadores o personas que puedan ofrecerle ayuda.
A pesar de los retos, el hombre mantiene la fe en que alguien le tenderá una mano. Para él, la prioridad es dejar atrás los años de incertidumbre y recuperar la dignidad que le ha arrebatado la vida en la calle.
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Mientras tanto, continúa enfrentando cada día con la misma determinación que lo llevó a cruzar fronteras en busca de un futuro mejor.
Y es que el señor Rodríguez, como muchos otros cubanos, huyeron de su tierra para escapar de las garras del régimen castrista, que disfruta ver cómo el pueblo de la isla es azotado por una miseria cada vez más fuerte.
Redacción de Cubanos por el Mundo