Yosel, el niño cubano de 13 años que estuvo reportado en paradero desconocido por varias horas en el municipio San Miguel del Padrón, en La Habana, fue encontrado sano y salvo.
Su tía, Yanexis Valdés, confirmó la noticia en la mañana del miércoles en conversación con el periodista Alberto Arego – encargado de difundir también el reporte de la desaparición – expresando alivio y gratitud hacia quienes se solidarizaron con la búsqueda.
“Ya mi sobrino apareció y con vida. Muchísimas gracias por su apoyo y por ser tan incondicional con los cubanos. Salud y bendiciones”, fueron las palabras de la aliviada mujer.
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Cabe subrayar que el caso había generado preocupación entre vecinos y familiares de esa zona de La Habana, por lo que iniciaron una intensa búsqueda desde el lunes, día en que el menor desapareció.
Posteriormente, a la familia no le quedó de otra que dar a conocer la situación a través de las redes sociales, evidenciando así su desesperación.
Aunque la historia terminó con final feliz, se desconocen las circunstancias en las que el pequeño Yosel permaneció tanto tiempo alejado de su casa.
Lo cierto es que la noticia del hallazgo trajo alivio a la comunidad y destacó la importancia de la colaboración ciudadana en situaciones de emergencia.
El caso de Yosel es solo uno de los tantos que involucran desapariciones a lo largo y ancho de la mayor de las Antillas, y muchos de ellos tienen que ver con menores de edad. Unos terminan bien, pero otros tienen el peor de los desenlaces.
La situación preocupa mucho más cuando se toma en cuenta de que los seres queridos de las víctimas deben actuar por sí solos sin la ayuda de las autoridades, que casi siempre ponen excusas para dejar a su suerte a las desesperadas familias.
Redacción de Cubanos por el Mundo