La explosión ocurrida en las parrandas de Guayos, en la provincia de Sancti Spíritus, cobró una víctima fatal con el reciente fallecimiento de Arniel Díaz Pacheco, uno de los nueve lesionados que luchaba por su vida desde hacía 11 en una unidad de cuidados intensivos.
La confirmación del deceso fue comunicada por sus propios familiares y amigos a través de diversas plataformas digitales, canales por los cuales ya se venía informando sobre la extrema gravedad de las lesiones que padecía el joven.

El accidente tuvo lugar el pasado 15 de noviembre en la zona de pirotecnia del barrio La Loma, cuando la detonación imprevista de un saco de morteros durante la apertura de la festividad provocó quemaduras severas y politraumatismos a un grupo de participantes.
La comunidad de Guayos reaccionó con una profunda consternación y el barrio La Loma se declaró en duelo, un sentimiento que un allegado resumió con la frase “Guayos está de luto, Barrio La Loma está de luto”, mientras la tragedia actual reavivó el doloroso recuerdo de una explosión similar que en 1987 costó la vida a nueve jóvenes durante la misma celebración.
Mientras tanto, el silencio de las autoridades contrasta con el dolor de los pobladores, ya que la investigación iniciada por el Ministerio del Interior para determinar las causas del siniestro y las responsabilidades en el manejo de la pirotecnia no ha arrojado ninguna conclusión pública hasta la fecha.
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Este lamentable suceso empañó el centenario de las parrandas de Guayos, una festividad reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial, y ahora genera una fuerte exigencia por parte de los vecinos para que se implementen protocolos de seguridad mucho más rigurosos que eviten la repetición de estas tragedias.
Redacción de Cubanos por el Mundo