Lo del fútbol cubano da tristeza, mucha tristeza. Reconozco que podrían aparecer otros denominativos para referirse al tema, pero no se me ocurre alguno más atinado.
Muchos en la isla ven lo que ha sucedido con el béisbol en los años más recientes y dan gritos por tan penosa estampida, pero les cuento que lo del fútbol es peor y su gravedad se remonta a más de una década atrás. Para no atiborrar estas líneas con nombres y fechas, solo les daré un dato grandilocuente pero que cualquier conocedor podría confirmar:
De no haber continuado el éxodo de los mejores jugadores en estos últimos 10 años, la selección de las cuatro letras ya hubiera clasificado a un mundial.
Sin embargo, no se me ocurre cómo tanto talento en bruto hubiera permanecido todo ese tiempo junto sin explotar, acumulado en una pequeña porción de tierra rodeada de agua por todas partes, sin poder mostrar sus dotes allende fronteras.
No veo otro camino posible que la búsqueda de nuevos horizontes para más de una generación de fenomenales jugadores, cuyo futuro en la isla hubiese sido “luchar” una misión internacionalista o terminar como entrenador del equipo provincial en el mejor de los casos.
Siempre recuerdo a un querido amigo que denomina al torneo nacional como la Liga MDM o Más Difícil del Mundo, y no le falta razón. Si bien el béisbol, con su variadísima gama de problemas y deficiencias, acapara la mirada absoluta de la prensa deportiva y posee aún la milagrosa capacidad de llenar estadios, el fútbol resulta el vecino pobre al que no se le posan ni las moscas.
Y entendamos que la enorme afición futbolera que existe en Cuba se traduce solo en Barza, Madrid, Champions League o Mundial. Fuera de eso a nadie le interesa lo que sucede en el campeonato nacional, que en su última versión celebró el centenario y más allá de los dos o tres periodistas y aficionados fieles que siempre están, ¿alguien más se enteró?
Dio pena ver una cancha llena de faranduleros cuando vino el Cosmos de Pelé y Raúl, y una semana después, cuando la selección se jugaba ante Curazao el seguir con vida en la eliminatoria mundialista, las tribunas lucían sus telarañas habituales.
Terrenos en pésimas condiciones, mala organización, fallos en el transporte, indumentaria insuficiente, falta de condiciones para entrenar, escasa promoción… todas estas resultan apenas algunas de las dificultades que presenta el país para intentar patear decentemente un balón. Y esto es solo una parte de la trama, que se complica cuando nos adentramos a la Asociación y todos sus misterios.
Ahora la selección cubana se encuentra en Estados Unidos, donde debuta este jueves en la Copa de Oro ante el favorito México. Además de la goleada escandalosa que los chaparritos le regalarán, el plantel cubano se llevará de tierras norteamericanas una atención mediática que jamás ha tenido ni tendrá en Cuba.
En México la prensa vive obsesionada con el fútbol y durante la previa del partido inaugural en un campeonato importante pasan días analizando al rival hasta la médula. Esta vez le tocó a los antillanos someterse a tal escaneo.
Gracias a esa atención “indeseada”, pudimos conocer lo que los medios cubanos no mencionan. Según un reporte de la cadena ESPN, de los 23 integrantes que debe tener la plantilla criolla, solo 16 entrenaron este miércoles en la antesala al choque de apertura. Las ausencias responden a diversas índoles, pero entre todas sobresale el abandono de la concentración del atacante Keyler García.
“Está fugado”, así fueron las palabras exactas del periodista de ESPN al referirse al tema. Y horas más tarde un propio integrante del conjunto cubano confirmó a este redactor vía Facebook que Keyler no se había presentado al desayuno. García pasará a la historia, además de alternar el fútbol con el cuentapropismo, como uno más de tantos que decidieron probar suerte en otra latitud.
Por si fuera poco, la selección nacional de la Mayor de las Antillas hasta la fecha no disponía de su director técnico, Raúl González Triana, y a la conferencia de prensa previa al encuentro tuvo que asistir el auxiliar Walter Benítez.
De acuerdo con la nota, el DT antillano “estaba viendo algo de los Panamericanos”, un evento al que curiosamente Cuba no clasificó en el fútbol, aunque después el propio Benitez reconoció que la situación se debe a problemas con el visado y no sabe cuándo se solucionará. De igual forma, trascendió que el plantel tampoco contaba con el médico porque aún no había llegado a la ciudad de Chicago.
Los mexicanos sencillamente no entienden cómo puede suceder esto con una selección absoluta de fútbol, el deporte que tanto aman y que tantos desvelos les provoca. No tiene pérdida ver al reportero de ESPN mirando incrédulo a la cámara en un intento por explicar aquella situación que, según confesó, ya vivió en 2011 en una competición similar.
Mientras, mi amigo del equipo Cuba se conecta a Facebook nuevamente y me cuenta que durante la tarde noche los llevaron a reconocer el césped donde jugarían al día siguiente y luego los pasearon por toda la Ciudad de los Vientos. “Buenísima”, me aseguró, “aunque el frío me tiene loco”.
En los próximos días la selección cubana se marchará de la Copa de Oro con muchos goles recibidos, los narradores mexicanos se burlarán de su indumentaria una vez más y el jugador que se “quedó” ya habrá comenzado a hacer las gestiones para pedir asilo.
En cambio, el resto de la delegación habrá viajado, conocido y regresará con nuevas historias para alimentar otro acto de esa tragedia griega llamada fútbol cubano.
Publicado por Raúl del Pino en su Blog: Reflexiones de Raúl
