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El drama cubano en la ruta Puerto Obaldía Paso Canoas

Puerto Obaldía es la entrada de los cubanos que tienen el sueño de continuar su trayecto a Estados Unidos, pero quedan atrapados.
Puerto Obaldía es la entrada de los cubanos que tienen el sueño de continuar su trayecto a Estados Unidos, pero quedan atrapados.
Puerto Obaldía es la entrada de los cubanos que tienen el sueño de continuar su trayecto a Estados Unidos, pero quedan atrapados.
Puerto Obaldía es la entrada de los cubanos que tienen el sueño de continuar su trayecto a Estados Unidos, pero quedan atrapados.

La escena es la misma todos los días en este drama de cubano . Cientos de cubanos llegan en lancha a Puerto Obaldía, en la comarca Guna Yala, para quedar atrapados en medio de la nada. Es el primer punto panameño que los cubanos pisan en su trayecto hacia los Estados Unidos, lo hacen luego de haber pasado por Ecuador y Colombia.

El pasado miércoles 25 de noviembre, un equipo de la Agencia Panameña de Información (API) estuvo en la zona retratando la realidad y recogiendo testimonios. El Servicio Nacional de Migración informaba que en Puerto Obaldía habían 817 cubanos esperando el permiso para continuar con su destino, sin embargo, solo el miércoles habían llegado otros 130 originarios de la isla.

Todos los días las cifras son similares. De éstos solo unos 60 logran continuar su camino al ‘sueño americano’, luego de lograr su cupo en uno de los dos vuelos que sale diariamente desde la zona a la ciudad capital. Es decir, la cifra de personas que llega superan los que pueden salir.

Las estadísticas de Migración dan cuenta que hasta el 18 de noviembre habían llegado a Puerto Obaldía 20,674 cubanos, otros 219 habían entrado por Darién a los que se suman 130 que llegaron por Jaqué.

Los cubanos deben esperar días y hasta semanas para salir del Puerto Obaldía, lo que está llevando el pueblo al colapso. No se cuenta con las infraestructura para albergar la cantidad de personas que llegan diariamente, los cubanos tienen que dormir en el suelo sin importar de que se trate de mujeres embazaradas.

‘Yo estoy aquí desde el 20 de noviembre con mi hija embarazada y tiene amenaza de aborto y a mí me salió un quiste de tanto caminar’, dijo Gretel Palacio.

‘Aquí dormimos a la intemperie y no tenemos las condiciones mínimas para vivir, estamos bloqueados y no hay comida’, refiere Joel Gómez, quien lleva cuatro días de estar en Puerto Obaldía.

‘Nuestra necesidad es salir de aquí y en la ciudad capital no estaremos más de 24 horas porque nuestro objetivo es Estados Unidos’, agrega Eric Javier.

Cada uno cuenta sus dolencias físicas y comparten historias similares. En cada lugar al que llegan y por donde pasan son estafados. Entran a Ecuador porque era el único país de la región que no les pedía visa y así inician su periplo rumbo al norte. ‘Desde que salimos de Ecuador hasta llegar aquí es todo un negocio con nosotros, narran los cubanos. Desde las autoridades gubernamentales hasta los policías no hacen otra cosa que estafarnos’, dijo Gómez. En la medida en que puedan imposibilitar el paso lo hacen para quitarnos el dinero, recalca.

Algunos narraron que llegaron a Puerto Obaldía con poco dinero con la esperanza de comunicarse con sus familiares o amigos para que le envíen dinero, sin embargo, ‘atrapados’ en Puerto Obaldía no logran comunicación. Piden que los dejen salir para llegar a la ciudad capital, donde, aseguran, tendrán más facilidades para conseguir que le envíen dinero.

PASO CANOA

En Puerto Obaldía, los cubanos son conscientes de que la crisis que viven, la padecen sus compatriotas en la frontera de Costa Rica y Nicaragua. Este país cerró su frontera y cientos que habían logrado avanzar en su periplo están pasando las mismas calamidades que sufren en Puerto Obaldía.

‘Sabemos que en Nicaragua no nos dejan pasar, pero aún así queremos continuar’, recalca Javier.

En Paso Canoa, zona fronteriza de Panamá con Costa Rica la realidad es casi similar. La Estrella de Panamá estuvo en el lugar y habló con varios de ellos.

El costo de la travesía es de $7 mil a $10 mil, dependiendo de la estadía, transporte y coimas que hayan pagado en el camino a coyotes y policías. A esto se suma el agotamiento y la posibilidad de que le roben los documentos en la selva colombiana y quedar, como muchos, atascados en una frontera internacional.

Carlos Jiménez de 49 años, acomodado en una colchoneta en la aduana tica de Paso Canoas explica, mientras espera el salvoconducto que le dé la oportunidad de seguir el viaje que comenzó el 9 de noviembre junto a su hija y su esposa, ‘Mira vamos en busca de una vida mejor. En Cuba no se puede hacer nada más que, estudiar y trabajar, no puedes comprarte armas, carros o un yate, nada. Por eso tuvimos que vender dos casas para tener dinero para el viaje’, dice.

El Decreto-Ley 288 de 2011, restableció y reguló la compraventa de viviendas. Ahora los propietarios pueden permutar, donar, adjudicar o vender su casa a otros cubanos y las viviendas de cubanos que abandonen definitivamente la propiedad se traspasa a los copropietarios o a sus familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad.

Su hija que es contadora pública autorizada se acomoda a su lado, él sigue, ‘creo que todo es culpa de los gobernantes cubanos, por eso decidimos irnos a Estados Unidos aunque no tengamos familia allá , porque los cambios en Cuba solo se darán si se organiza una resistencia masiva, cosa casi imposible porque allá no tienes acceso a armamento y lo que pequeños grupos financiados por el extranjero. Nada nuestro’, cuenta Carlos quien es ingeniero mecánico y trabajaba en el Ministerio de agricultura.

Lo mismo cree Yadira de 29 años, ella junto con unos amigos de su esposo tuvo lo que fue una trayectoria épica, pues el bus en el que viajaba fue secuestrado con otros dos en una carretera de Medellín Colombia, ‘allí terminé de confirmar que había cometido un error, que encima de la cantidad de dinero pagado en pasajes, comida y estadía y coimas a policías y militares en Colombia para que nos dejaran pasar, arriesgamos nuestras vidas. Y comprendí lo seguro y nada violento que es Cuba, donde jamás te pasaría algo parecido. El secuestro de los tres buses fue a las 9 de la mañana y entre todos los pasajeros se robaron $30 mil y algunos euros’, cuenta mientras descansa y espera resignada a pasar con 200 compatriotas más. Muchos con niños. Van por un futuro ‘ideal’ vendido por los medios, pero desconocido en términos reales.

Yadira agrega, ‘mira en Cuba tienes tu casa propia, salud, educación y todo; pero no puedes comprar un buen auto y ni siquiera sabes cómo funciona una máquina de sodas. Aunque debo reconocer que mi migración no es política, sino económica, sea cual sea la razón si le preguntas a todos aquí el 90% te diría que no vuelve hacerlo, pero claro, ya tenemos más de la mitad del recorrido hecho y mucho dinero gastado’, dice Yadira, quien no le avisó a su familia en La Habana que emprendería la aventura que la llevaría a cruzar 7 países por tierra y mar.

‘En uno de los pasos en Colombia teníamos que pagar y yo ya no tenía más efectivo y entonces le dije al militar que lo único que tenía era mi cuerpo y él me dijo ¡avanza y yo avance! Y así logré pasar, hasta que conseguí más dinero. Esto ha sido una locura, nunca me imaginé tanta corrupción y tanto peligro’, se dijo la mujer de 45 años.

El pasado martes se realizó una reunión de cancilleres de la región, incluyendo Colombia, Cuba, Ecuador y México para analizar el tema. Entre las alternativas que se plantearon fue la de que Ecuador empezara a exigir visa y la medida se aplicará, a partir del 1 de diciembre.

El vicecanciller de Panamá, Luis Miguel Hincapie reconoce que la situación se sale de control. A los cientos que llegan diariamente a Puerto Obaldía hay que tomar en cuenta los miles que ya llegaron a Ecuador para realizar el mismo recorrido.

Un largo y tortuoso camino, pero inmediatamente que pisan territorio estadounidense, los ciudadanos cubanos son acogidos por la Ley de Ajuste Cubano de 1996, que provee a todo inmigrante cubano y su familia la residencia permanente y permiso de trabajo, más una serie de facilidades de vida. Una ventaja migratoria que no es ofrecida a migrantes de otros países. Así lo explica Osvaldo Rodríguez, corresponsal de Prensa Latina en Panamá.

Redacción La Estrella de Panamá

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