in ,

El virus Zika reabre el debate sobre el aborto en Nicaragua

Wilfredo Miranda Aburto  (confidencial.com.ni)

La OMS ha establecido una Unidad de Respuesta Global para coordinar acciones contra el Zika y su asociación con casos de microcefalia y otros disfunciones neurológicas. Foto: EFE/Esteban Biba

La OMS ha establecido una Unidad de Respuesta Global para coordinar acciones contra el Zika y su asociación con casos de microcefalia y otros disfunciones neurológicas. Foto: EFE/Esteban Biba

HAVANA TIMES – La aparición del zika en Latinoamérica ha puesto en jaque a los sistemas de salud regionales, ya que el virus está asociado con malformaciones congénitas y la microcefalia durante el embarazo. En países como El Salvador y Nicaragua, donde las legislaciones prohíben la interrupción de la gestación bajo ninguna circunstancia, la epidemia que proyecta la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reavivado el debate sobre el aborto.

Hasta el jueves la vocera del gobierno del comandante Daniel Ortega, Rosario Murillo, reportó 29 casos confirmados de zika, de ellos tres corresponden a mujeres embarazadas. Aunque los científicos no establecen una causalidad entre zika y microcefalia, El Salvador ha recomendado evitar los embarazos y Nicaragua mantener “serenidad”.

La ciencia advierte que la microcefalia provoca daños cerebrales severos y en los peores casos la muerte del feto en el útero. En caso de nacimiento, el individuo puede sufrir de por vida discapacidad cerebral, déficit cognitivo y dificultad motora.

Martha María Blandón, master en psicología de la salud pública y directora de Ipas Centroamérica, plantea una serie de preguntas en Nicaragua ante la restricción del aborto por causas de salud: “¿Puede la mujer decidir si quiere tener un hijo con discapacidad? ¿Tienen la capacidad física y económica para llevar una maternidad especial? ¿Existen recursos sociales, estatales, comunitarios para acompañar a una mujer con un hijo que necesitará atención especializada de por vida? ¿O simplemente están obligadas a parir aunque su vida esté en riesgo?”.

En esta entrevista con Confidencial la especialista analiza las capacidades del Ministerio de Salud para enfrentarse a un virus donde el 80% de las infecciones no presentan síntomas, lo que aumenta el riesgo en los embarazos.

El zika ha vuelto a poner en el debate el tema del aborto. Aunque no hay una causalidad establecida, se ha asociado a la microcefalia. ¿Qué pasa en países como El Salvador y Nicaragua donde el aborto es totalmente prohibido?

Martha María Blandón, directora de Ipas Centroamérica. Carlos Herrera/Confidencial

Martha María Blandón, directora de Ipas Centroamérica. Carlos Herrera/Confidencial

Martha María Blandón: En esta epidemia, de la cual sabemos poco a pesar que es muy vieja, una de las pocas aristas que se ha tocado es la incidencia directa de malformaciones, que hasta el momento se han asociado con microcefalias. No sabemos si van a aparecer otras, qué tanto estudios se hacen a nivel de Latinoamérica, y qué tanta capacidad tenemos para prever otras consecuencias. El zika pone al descubierto que las mujeres embarazadas son más vulnerables a sufrir enfermedades particulares que las pueden afectar a ellas o al feto. Igual que un cáncer, que un problema de presión, de riñones… Con el tema de la microcefalia se dice que no necesariamente lleva riesgo para la salud o la vida de la madre, tampoco para el feto, sino que es una malformación con la cual ese futuro ser humano puede vivir. ¿Qué pasa? ¿Dónde está la gran dificultad? Las mujeres quedan sin ninguna alternativa para decidir si tienen capacidad emocional, fortaleza, recursos humanos, apoyo para asumir una responsabilidad de un hijo que va a requerir de apoyo especializado por toda la vida.

Quienes están en contra que permita la interrupción del embarazo por razones de salud, podrían aducir que una persona con microcefalia puede llegar a desarrollarse como un ser capaz de valerse por sí mismo, de ser autónomos. Sí, ¿pero qué condiciones se necesitan para llegar a ese desarrollo? Necesita atención neurológica desde antes de nacer, con controles hasta el día de su muerte. ¿Cuántas mujeres en este país, que son las que tienen que someterse a una ley que no permite ninguna excepción para interrumpir el embarazo por razones médicas, tienen capacidad física, espiritual, y energías para dedicarle a un hijo o una hija en esas circunstancias? ¿Pueden ellas decidir? ¿Están obligadas a tenerlo? ¿Quién las va a ayudar? ¿Dónde están los recursos sociales, estatales, comunitarios para acompañar a una mujer que tiene que bregar con un hijo con discapacidad de por vida?

Hasta ahora la recomendación en El Salvador es evitar embarazos y en Nicaragua llamaron a la “serenidad”.

MMB: Sí, tenemos que guardar la calma, estoy de acuerdo. Eso significa analizar, conocer más de la enfermedad para luego tomar las medidas más acordes a la realidad de Nicaragua. Es un problema serio: la opinión médica, las decisiones de las autoridades de salud y de epidemiología son importantes porque el 80% de las personas infectadas con el zika son asintomáticas. ¿Cuándo es que te vas a dar cuenta que la embarazada está con zika y que el producto tiene algún problema? ¿Cuál es el protocolo que vas a seguir con todas las embarazadas, por las que ya están embarazadas ya lo están? ¿Y las que se van embarazar por algunas razones, ya sea porque no creen en el zika o no están suficientemente informadas? Se debe ver qué medidas de protección especiales se pueden tener con esas mujeres para evitar que sea infectada con el zika. ¿Tenemos capacidad para eso?

Expertos señalan que el Zika avanzará más rápido que el chikungunya. ¿Qué significaría una epidemia como la del año pasado?

MMB: El MINSA está haciendo sus esfuerzos en educar a la comunidad, en fumigar, controlar los vectores domiciliares, no así en controlar los vectores en sectores populares. Seguimos viendo los botaderos de basura, los charcos en las vías públicas, donde está servida la mesa para la reproducción del mosquito. Vas a los hospitales y te encontras una situación de desaseo; eso es responsabilidad tanto de las autoridades municipales como de las sanitarias. No es posible que un hospital esté descuidando la prevención para que la larva se desarrolle. ¡Sería catastrófico una epidemia de zika! Sin embargo, lamentablemente no vamos a tener las cifras exactas de la magnitud del dengue, el chikungunya, la neumonía y el zika. Me parece que reportar siete mil casos de chikungunya es muy poco para lo que pasó en la realidad. Esto tiene ver con varias cosas: gente que no va al sistema de salud por lo que no quedan registrados; gente que se auto medica; gente que, como yo, fue al centro de salud a cumplir el protocolo, pero la prueba dio negativa y no entró en las estadísticas, pero tengo siete meses de tener secuelas incapacitantes del chikungunya.

La OMS ha alertado que el zika afectará a casi 4 millones de personas en un año. Hay una organización holandesa llamada Mujeres en Red que ha puesto a disposición pastillas para abortar. Si en Nicaragua se detectan malformaciones, ¿cuál sería la forma más adecuada para tratarlo?

MMB: El tema del zika y la afectación que pueda tener al producto de la gestación vuelve a generar la necesidad de revisar las leyes restrictivas que no permiten la interrupción del embarazo por causas de salud. El zika evidencia una de las causales que quienes defendemos la vida de las mujeres lo hemos mencionado. Hemos denunciado y evidenciado cómo el caso tan dramático de malformación congénita, que es incompatible con la vida, como es el producto anencefálico, no ha tenido respuesta. Yo tengo inquietud de que si esta malformación que produce el zika no compromete ni la vida de la mujer y del feto, ¿cuál va a ser la respuesta? Si tenemos los casos donde la mujer se va a morir, cuando el producto de la gestación no va a vivir, no tenemos posibilidad para no provocar esa tortura de la mujer. Con el caso del zika tengo mucha incertidumbre de la respuesta del Estado. Aquí estamos ante un problema que es real, pero que llama mucho la atención mediática, que está en primera plana, ¿eso hará la diferencia para que tomen decisiones los que hacen las leyes, normas y políticas sanitarias? No lo sé. Pero creo que es la única diferencia es esa, porque casos dramáticos hay más; hay mujeres que se murieron y se salvaron buscando otras alternativas fuera del sector público de salud.

Médicos han señalado que el zika traspasa la barrera del feto, ¿tendrían las autoridades de salud nacionales la capacidad para atender a varias mujeres con embarazos que presenten malformación?

MMB: Los recursos que tiene el Ministerio de Salud son limitados. No sé qué tanta capacidad tienen los equipos de los servicios públicos de salud para llegar a detectar la malformación… Si se asocia microcefalia con infección del virus del zika indica que hay permeabilidad, pero qué lograríamos con detectar que está el mal… ¿Cuál sería la respuesta si la microcefalia ya está? El punto es, ¿una mujer embarazada puede bregar con un hijo con microcefalia? ¿Hay condiciones económicas y sociales que le faciliten esa maternidad especial?

Written by Havana Times

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Trump pone precio a muro en la frontera entre EE.UU. y México: 8.000 millones

Presupuesto de Obama pide otros $750 millones para Centroamérica