Tal parece que la izquierda en Latinoamérica continua en vías a su extinción. Luego de que la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff fuera separada de su cargo por corrupción, su padre político, Luiz Inácio Lula Da Silva, también será juzgado por el mismo crimen y además por lavado de dinero.
Sergio Moro, magistrado brasileño, expresó que hay evidencias suficientes para realizar un proceso judicial contra el ex presidente, su esposa y seis personas más, por desfalcos en Petrobras, reporta la agencia AP.
Según la fiscalía, Lula era el “comandante máximo”, de estas operaciones corruptas. Afirman que fueron pagados miles de millones de dólares en sobornos para la obtención de contratos de la empresa petrolera con costos inflados.
Moro señaló que los fiscales creen que el ex presidente recibió 1,15 millones de dólares en sobornos de OAS por la otorgación de contratos relacionados a refinerías.
Como todo buen socialista, Lula Da Silva rechazó estos cargos y culpó a sus rivales políticos de fraguar una conspiración en su contra.
Con información de AP