
Para el régimen castrista, el embargo económico es la raíz de todos los males de Cuba sin ver que su arcaico modelo socialista es el que no deja avanzar a la nación, Según Simon Whistler, el Congreso no discutirá el cese del embargo hasta tanto Raúl Castro entregue el poder en 2018 como lo prometió.
En un artículo publicado en la revista Forbes, Whistler asegura que hacer negocios con Cuba en las actuales condiciones es un peligro que el Congreso no está dispuesto a correr.
“Hasta entonces, aquellos que esperan un ritmo más rápido de cambio estarán decepcionados. Por razones políticas internas y por los riesgos que implica hacer negocios con Cuba en las actuales condiciones, los inversionistas extranjeros seguirán con cautela las reformas en la isla”
Según indica el analista, los inversionistas se encuentran frustrados por la lentitud en que Cuba aplica reformas económicas que les concedan seguridad jurídica para invertir en la Isla, esto a pesar del restablecimiento de los vuelos con Estados Unidos.
“Las consideraciones de política interna seguirán siendo un factor prioritario para el régimen cubano, por encima de sus prioridades económicas”
Las reglas económicas establecidas por el régimen también tienen a los empresarios entre la espada y la pared, el hecho de tener que contratar empleados a través de empresas gubernamentales, el engorroso sistema cambiario y el tener que ser socio minoritario de firmas estáteles, representan un reto preocupante y al mismo tiempo una señal de que el gobierno cubano desea mantener el mayor control posible sobre las inversiones extranjeras.
A pesar de que el régimen cubano no favorece cambios políticos profundos y acelerados Whistler considera que la coyuntura que enfrenta Cuba con la reducción del suministro de petróleo desde Venezuela, podría facilitar una mayor flexibilidad para la apertura de más pequeñas y medianas empresas.
El gobierno sabe que a la población le preocupa el fantasma de un nuevo “período especial”.
“Mantener el contrato social que el gobierno cubano ofrece a la población es fundamental para su longevidad y su control político general; y el pragmatismo de Raúl Castro seguirá triunfando sobre la ideología socialista pura para asegurar que ese contrato siga vigente”
Con información de Forbes