Los que un día lo vieron crecer hoy lloran su muerte. Santa Clara, la ciudad cubana que ha parido a buenos peloteros, fue el hogar de José Fernández, el pitcher de los Marlins de Miami que falleció trágicamente el domingo luego de sufrir un accidente en un bote cerca de Miami Beach.
Familias, amigos y conocidos se impactaron con la noticia, la humilde casa en la que nació el santaclareño, pequeña y humilde, era observada con nostalgia.
Una pariente que se identificó como Miriam, residente en la Carretera de Sagua, dijo con la voz entrecortada y lágrimas en sus ojos que José “fue como un hijo pa’ nosotros, me ha dolido mucho, mucho, que nadie se cree la pérdida de él”.
Otros que compartieron con él durante su niñez, lo catalogan como una persona incondicional, que siempre se le veía feliz a pesar de las adversidades.
“jugaba antes taquito conmigo aquí y con Aledmys Díaz, que ahora está en los Cardenales de San Luis. Fue incondicional con nosotros, venía aquí y compartía, con mi prima también fue incondicional; fue una persona a la que no debió haberle pasado esto”
Quienes lo vieron crecer cuenta que desde muy pequeño observaron su talento para el beisbol, incluso incitaban a su mama para que lo llevara a las prácticas, ya que tenía una “ técnica de tiro que es raro verla en un niño pequeño”.
Hoy Cuba entera perdió a uno de sus hijos, uno de los grandes que luchó por alcanzar sus sueños y dejo sentado que el talento cubano es inigualable. Hoy toda la Isla recuerda a José Fernández.
Con información de Martí Noticias