Después de la tormenta viene la calma, en este caso el desastre. Los primeros rayos de sol que iluminaron al municipio guantanamero de Baracoa, dejaron ver los destrozos que había ocasionado el huracán Matthew en su paso por el oriente de Cuba.
Postes en el piso, escombros por doquier, casas derrumbadas y canchas destruidas fue el resultado de este fenómeno.
Desde las 6:00 de la tarde del martes, Matthew comenzò a castigar a los vecinos de Baracoa, fuertes vientos de entre 110 y 200 km/h azotaban los techos de las casas, grandes olas impactaban en el malecón, los ríos crecieron rápidamente ocasionando un colapso en las vías y dejando a esa zona cubana incomunicada vía terrestre.
Hasta los momentos las autoridades no han reportado ninguna perdida humana afortunadamente. Hoy los guantanameros se levantan más tranquilos, pero con un reto por delante, de limpiar y reconstruir los que destruyó Matthew y que ellos valientemente defendieron.