El régimen cubano decidió detener el otorgamiento de licencias para la la instalación de restaurantes privados en La Habana, a pesar de que estos se encuentren en su mejor momento en tiempos donde el arribo de turistas ha superado los 3 millones al año.
Los paladares que ya poseen licencias para trabajar en La Habana tendrán ahora que cumplir con nuevas regulaciones que hacen aún más cuesta arriba alcanzar el éxito.
¿Cuáles son estas medidas?
- Los paladares no podrán tener un máximo de 50 asientos: el régimen cubano decidió que los restaurantes privados de la isla no podrán atender a más de 50 personas, lo que dificulta los costos de mantenimiento de los establecimientos comerciales-
- Deberán comprar todo en tiendas y mercados minoritarios estatales: Los cuentapropistas cubanos no tendrán acceso a los mercados mayoritarios como si puede hacerlo su competencia: el Estado cubano.
- Supervisión fiscal:
Además de estas resoluciones, se encuentra la constante y permanente fiscalización del Estado sobre los establecimientos privados, buscando cualquier indicador para detener el trabajo de estos. Desde supuestas evasiones de impuesto, violaciones al Código de Trabajo o la normativa de los 50 asientos de la que estarán vigilantes.
El éxito resulta ser un problema para los empresarios cubanos. La resolución del gobierno de Castro es perseguir a toda aquella empresa que represente una “amenaza” para el Estado – o en realidad – una dura competencia para el negocio de los militares.