Son cientos los cubanos que se encuentran varados en la provincia de Chiriquí, Panamá, cerca de la frontera con Costa Rica. Todos se encuentran en un albergue que el gobierno panameño dispuso mientras se solventa su estatus migratorio.
Los días pasan, y el desespero crece. Sólo reciben dos comidas al día y de manera racionada, la encargada asegura que son muchos y cada vez llegan más.
Niños, mujeres y hombres, recorren en repetidas ocasiones las inmediaciones del albergue, pensando en cómo salir de esa situación.
Jose Antonio Quesada es uno de los tantos cubanos que se encuentran en el albergue. Él es abogado y salió desde Ecuador para emprender la peligrosa travesía por Centroamérica. Llegó a Panamá hace mes y medio y hoy lamenta que la negativa de los gobiernos condene a sus compatriotas a un sufrimiento injusto.
“En la única parte donde se nos da una condicional y protección es en los Estados Unidos. Aquí estamos en la peor condición que puede haber, la condición de migrante e ilegales. Somos los nuevos judíos del siglo XXI, nadie nos quiere”
El desespero conlleva a algunos cubanos a tomar las rutas de la selva guiados por los coyotes, algo que es altamente riesgoso.
“Los coyotes siguen siendo una opción, tristemente es una opción viable, y hay personas que los siguen usando y jugandose la vida en las carreteras”.
Se espera que en las próximas semanas, los gobierno de México, Ecuador y Colombia, abordarán el tema migratorio junto a representantes de los países centroamericanos.