Recientemente fueron ejecutadas por el régimen castrista un grupo de medidas que lograron clausurar varios restaurantes conocidos en Cuba como “las paladares“. La acción gubernamental, fue fundamentada sobre el supuesto de lograr un funcionamiento exitoso, estable y seguro, pero con orden y disciplina en estos establecimientos.
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En la nación caribeña existen 522 paladares, rigidamente controlados y amenazados permanentemente por la mano férrea de quienes por más de cincuenta años se hicieron del poder en la Isla.
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Hoy, el Gobierno cubano anunció la aprobación de 22 nuevas licencias para trabajadores por cuenta propia.
Sin embargo, llama la atención que estos funcionarios se muestren complacidos con la aplicación de aquellas medidas que lograron cerrar lo que era el sustento de vida y de empleo para muchas familias cubanas, al tiempo que, reconocen las deprimentes condiciones económicas y la severa escasez que privan en la Isla al momento de iniciar este o cualquier otro emprendimiento.
En declaraciones a la Agencia Cubana de Noticias, Isabel Hamze, vicepresidenta en funciones del (CAP), explicó:
Es verdad que en Cuba no hay un comercio mayorista en el que puedan adquirir sus materias primas, y en estos momentos se hace difícil crearlo, e incluso el mercado minorista está deprimido, es decir, sabemos que sufren esa escasez, pero ello no justitificada obtener mercancías y medios de una fuente ilícita, y así lo explicamos
Y seguidamente, acotó:
los dueños de las paladares tienen una licencia de elaborador-vendedor de alimentos con bebidas alcohólicas, con servicios gastronómicos, es decir, son restaurantes a los cuales no les está prohibido disponer de un bar, pero algunos habían distorsionado ese alcance al convertirse en discotecas o cabarets.
Al tiempo que reconoció que, este sector gastronómico contrinuye con la educación y la salud, pues tales impuestos ingresan a los presupuestos locales.
Con información de ACN