La visita del primer ministro de Canadá Justin Trudeau ha sido muy esperada. Llegará a la isla 60 años después que su padre, un viejo amigo del régimen de Castro. Se rumoraba que se develaría una estatua en honor a Trudeau padre con esta visita para “simbolizar la calidez y profundidad de esta relación.
Incluso se especula de un encuentro entre Fidel Castro -confidente de su padre- y el primer ministro Trudeau, quien llega el martes por la noche (y sale el miércoles por la mañana) y estará luego ocupado reuniéndose con líderes políticos cubanos, empresarios canadienses y miembros de la sociedad civil cubana.
¿Pero es sólo un paseo de reencuentro?
Todo parece indicar que no. La visita desde Canadá ratifica la relación de décadas entre ambos países pero especialmente buscaría recordarle a Cuba la “lealtad” de Canadá por encima del reciente coqueto de la isla con Estados Unidos. Así lo explica The Chronicle Herald, en un reciente artículo de opinión titulado “Justin Trudeau, our man in Havana”
“No se equivoquen, su viaje a Cuba se trata de asegurar que la “relación especial” de Canadá con Cuba permanezca intacta. De hecho, lo último que quiere Ottawa – sobre todo porque los países de todo el mundo hacen una carrera loca a La Habana para explorar posibles economías, es ver la merecida reputación de Canadá en Cuba de alguna manera devaluada”
Continúa explicando la publicación, que el viaje de Trudeau busca asegurar que los intereses económicos canadienses en Cuba no sean rechazados y rudamente reemplazados por los amigos estadounidenses.
“El oficialismo de Ottawa debe tener en cuenta que la lealtad hacia Canadá, sobre todo a largo plazo, podría ser víctima de las exigencias del todopoderoso dólar estadounidense”
