Esto es a lo que ha llegado la política “histórica” de Obama de Cuba.
Casi todas las medidas de las que tenía intención Obama para revocar décadas de política estadounidense hacia Cuba no han ocurrido. ¿Apoyar más al emprendimiento privado? El régimen de Castro se opuso recientemente a “permitir” a más cubanos dirigir sus propios negocios, un desarrollo que Reuters llamó “, una nueva señal de que el gobierno comunista dirigido por Cuba es reacio a abrirse más a negocios privados en un país donde todavía controla más actividad económica.”
¿Más conectividad cubana con Internet? Dos años después, Cuba sigue siendo uno de los países menos conectados del mundo.
Según Freedom House, “Cuba ha sido considerada durante mucho tiempo como uno de los entornos más represivos del mundo para las tecnologías de información y comunicación. Los altos precios, la conectividad excepcionalmente lenta, y la regulación gubernamental extensa han dado lugar a una falta pronunciada de acceso a aplicaciones y servicios. “
En cuanto a los esfuerzos de la administración para construir un distrito de negocios de Estados Unidos para presionar y poner final a todas las restricciones comerciales de los Estados Unidos a Cuba, también ha resultado inútil.
Según un reciente informe de The Associated Press, “Dos años después de la campaña del presidente Barack Obama para normalizar las relaciones con Cuba, sus esfuerzos por expandir los vínculos económicos muestran pocos resultados”.
¿Y quién puede culparlos? Después de echar un vistazo a la economía en bancarrota de Cuba que carece de un estado de derecho y de cualquier apariencia de libertad o previsibilidad (además de las posibles obligaciones continuas del embargo in situ), la mayoría dijo adiós.
La única medida restante que el gobierno de Obama puede señalar con satisfacción es un aumento del número de estadounidenses que visitan Cuba, lo que se hizo fue bordear con un decreto presidencial la prohibición del embargo a los viajes turísticos.
Sin embargo, estos probables buscadores de curiosidades permanecen y cenan en instalaciones propiedad principalmente de los militares cubanos. La forma en que los cubanos ordinarios se empoderan es algo que nadie en la administración nunca se ha molestado en explicar.
Sin embargo, quizás lo más condenatorio para el supuesto proyecto “legado” del presidente Obama es un número creciente de otros números: los cubanos que huyen de la isla y las violaciones de los derechos humanos.
Según un informe reciente de la Radio Pública Nacional, durante el pasado año fiscal, la Guardia Costera de los EE. UU. interceptó a 5.396 cubanos que intentaban llegar a las costas estadounidenses, el doble del número del año anterior.
Los principales medios de comunicación quieren que crean que están huyendo en números récord porque temen que el acercamiento de Obama significará el fin de los privilegios de inmigración a los Estados Unidos. Pero eso no responde a la pregunta: ¿Si la política de Obama fue dirigida a “mejorar las vidas de los cubanos ordinarios” entonces por qué la gente sigue huyendo?
La respuesta que los apologistas de Obama quieren evitar es que están huyendo porque no tienen condiciones de esperanza alguna vez mejorará bajo los Castros y que el cambio de política de Obama bloquea el statu quo.
Igualmente, las condiciones de los derechos humanos han ido mal desde la normalización “histórica” de las relaciones de Obama. La Comisión Cubana para los Derechos Humanos, con sede en La Habana, ha documentado 620 arrestos políticos por parte del régimen de Castro durante el mes de octubre. Eso significa que, con dos meses aún por llegar este año, el régimen de Castro ha hecho 9.125 arrestos políticos sin precedentes este año.
Los consejos de redacción de todo el país se desmayaron por la decisión de Obama de reconocer la dictadura de Castro – la democracia local y los activistas humanos probablemente no tanto.
La parte más dolorosa de este resultado es que era totalmente previsible, como muchos escépticos señalaron desde el principio. Pero la administración Obama pensó que sabía más. Creía que un historial de 50 años de intolerancia ideológica e intransigencia podría ser mejorado por una postura más supina de Estados Unidos. Es el mismo desprecio por la historia que se ha manifestado a través del tablero en el acercamiento de Obama al mundo.
Los apologistas de Obama dicen que “se necesita más tiempo” para que su política cubana dé fruto. Pero cualquier persona cree que está fumando algo – y no son puros cubanos. El presidente electo Trump haría bien en poner fin al triste experimento de Obama y desarrollar una política que restablezca el sentimiento en el pueblo cubano de que el castrismo no es una mancha permanente en su vida cotidiana.
Texto original de José R. Cárdenas / Traducido al español desde Washington Times