La discriminación y la exclusión de los homosexuales se ha constituido en una de las formas más crueles y repudiables de vulneración de los derechos humanos en la historia de la humanidad.
Es una historia vivida en la Alemania nazi, cuando reajustaron el Párrafo 175 de Código Penal elevando el homosexualismo al nivel de crimen nacional, donde junto con la cárcel y pérdida de derechos civiles se incluía además la castración, a los que siguieron los menos mencionados, como el que se perpetró contra los gitanos, los negros, los enfermos mentales, los discapacitados y el más evidente, el mundialmente conocido holocausto judío.
Un esquema que se repicó en Cuba, con el genocidio que padeció la comunidad homosexual desde 1959. Grandes “recogidas”; despidos del trabajo; exclusión y discriminación en las universidades; cárcel; censura y la más fuerte de todas, el ingreso a los campos de concentración de las Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP).
Diversos artistas y creadores fueron víctimas de este atroz descalabro de la revolución cubana, entre ellos figuran, Lezama lima, Virgilio Piñera, Reinaldo Arenas y un amplio etc. Adicionalmente, el régimen incluyó a músicos, profesores, bibliotecarios, decoradores, periodistas y toda una amplia gama de otras manifestaciones de la cual se pretendía erradicar el “peligro”.
Otros, vivieron el “exilio forzado” y aquel hacinamiento que generaron en la embajada del Perú que desencadenó el “Éxodo del Mariel”, que en muchos casos, quisieran o no, debían abandonar el país, pues su delito, era ser homosexual y haber nacido en Cuba. En la nación caribeña, ciertamente, los homosexuales, eran tratados como “escoria social”.
Pero no todos fueron atrapados por estas maníacas prácticas, algunos públicamente homosexuales, pero leales al Sistema escaparon de tal represión, entre ellos se ubican figuras como Miguel Barnet, Vicente Revueltas, Abelardo Estorino, Raúl Martínez, Portocarrero, Alfredo Guevara, según relata Héctor Santiago en el portal El Veraz.
Hoy, Mariela Castro, quien es hija de Raúl Castro y directora del Centro de Educación Sexual de Cuba (CENESEX), niega aquella realidad que empaña la historia contemporánea cubana. No obstante, los cubanos, y principalmente los homosexuales que fueron confinados a las UMAP relatan todo lo contrario. Sus testimonios evidencian las más crueles atrocidades que en vida alguna pueda padecer algún ser humano.
Las UMAP fueron diseñadas en aquella época para los religiosos, los homosexuales y los desafectos de la dictadura castrista, que a la fecha, ya cuenta con cerca de seis décadas en el poder.
SEGREGACIÓN SOBRE SEGREGACIÓN: LA RESEGREGACIÓN DE LA HOMOSEXUALIDAD CUBANA
Aún cuando los homosexuales cubanos fueron discriminados y excluidos de la sociedad cubana en general, a su ingreso en las UMAP, padecían otra forma de segregación.
Según relata Héctor Santiago en el portal El Veraz, cuando señala:
aun dentro de este elemento de la población cubana segregado, el homosexual fue resegregado, dándose casos en Unidades mixtas que las barracas de éstos estaban separadas del resto por alambradas electrificadas, para después ser recluidos únicamente en aislados campos de “locas”.
